Las compresas se transforman en tiras reactivas

La tecnología de sensores sin electrónica no depende de un laboratorio y podría facilitar la detección precoz de enfermedades en la vida cotidiana

28.05.2025
Image, AI generated: Lucas Dosnon and Josef Kuster / ETH Zurich

Los cambios de color en la compresa pueden interpretarse a ojo o fotografiarse con un smartphone y evaluarse directamente en la app. El prototipo tiene un punto con un punto de control en la tira reactiva para cada biomarcador.

Investigadores de la ETH de Zúrich han desarrollado la primera tecnología capaz de reconocer biomarcadores en la sangre menstrual, directamente en las compresas. MenstruAI promete un método sencillo y no invasivo para registrar datos sanitarios en la vida cotidiana.

La aplicación es muy sencilla: llevar puesta la compresa con el sensor no electrónico integrado, hacer una foto de la compresa usada con el smartphone y utilizar la app para analizarla. MenstruAI está diseñada para que las usuarias puedan controlar su salud de forma regular y sin esfuerzo. Por primera vez, una nueva tecnología de la ETH de Zúrich lleva una herramienta de seguimiento a un lugar donde casi nadie la esperaría: la compresa.

La sangre menstrual es una fuente de información

Más de 1.800 millones de personas menstrúan, pero la sangre menstrual apenas tiene importancia en medicina. "Esto refleja una falta de interés sistémica por la salud de la mujer", afirma Lucas Dosnon, primer autor y estudiante de doctorado en el grupo de Inge Herrmann, profesora de la Universidad de Zúrich, el Hospital Universitario Balgrist, Empa y acreditada en el Departamento de Ingeniería Mecánica y de Procesos de la ETH de Zúrich.

"Hasta la fecha, la sangre menstrual se consideraba un desecho. Nosotros estamos demostrando que es una valiosa fuente de información", afirma Dosnon. La sangre menstrual contiene cientos de proteínas, y para muchas de ellas existe una correlación con su concentración en la sangre venosa. Numerosas enfermedades, incluidos tumores como el cáncer de ovario o la endometriosis, provocan la presencia de determinadas proteínas en la sangre, que pueden servir de biomarcadores para la detección de enfermedades.

Los investigadores de la ETH utilizaron tres biomarcadores como punto de partida para MenstruAI. Actualmente registran la proteína C reactiva (PCR) como marcador general de inflamación, el marcador tumoral CEA, que suele elevarse en todo tipo de cánceres, y el CA-125, una proteína que puede elevarse tanto en la endometriosis como en el cáncer de ovario. Actualmente se están investigando muchos más biomarcadores basados en proteínas, que se añadirán a la lista para reflejar muchos otros aspectos de la salud de un individuo.

La misma funcionalidad que una prueba Covid

MenstruAI utiliza una tira reactiva rápida de papel, un principio que también resulta familiar de las autopruebas Covid; sin embargo, esta vez analiza la sangre en lugar de la saliva. Cuando el biomarcador de la sangre menstrual entra en contacto con un anticuerpo específico de la tira reactiva, aparece un indicador de color. La intensidad del color varía en función de la concentración de la proteína correspondiente. Cuanto mayor sea la concentración, más oscuro será el color. La zona de prueba está incrustada en una novedosa y pequeña cámara de silicona flexible, que puede combinarse con una compresa comercial. Gracias a su carácter innovador, sólo un volumen controlado de sangre llega al sensor, sin manchar ni falsear la prueba.

Los resultados pueden leerse a simple vista o con una aplicación especialmente desarrollada basada en aprendizaje automático que evalúa la intensidad del color. "La aplicación también reconoce diferencias sutiles, como la cantidad de proteínas presentes, y hace que el resultado se pueda medir objetivamente", explica Dosnon.

¿Funciona realmente en la vida cotidiana?

Tras un estudio inicial de viabilidad con voluntarios, los investigadores planean ahora un estudio de campo más amplio en el que participarán más de cien personas. El objetivo es probar la idoneidad de MenstruAI para su uso cotidiano en condiciones reales y comparar los valores medidos con métodos de laboratorio establecidos.

Otro punto de interés es la diversidad biológica de la sangre menstrual: la composición varía en función del día del ciclo, así como entre individuos. Esta heterogeneidad debe registrarse y analizarse, un paso fundamental para la validación clínica. Además, también deben comprobarse los requisitos reglamentarios con vistas a una posible autorización de comercialización; por ejemplo, debe evaluarse la biocompatibilidad. No obstante, los materiales utilizados se consideran seguros.

Al mismo tiempo, el equipo colabora con expertos en diseño de la Universidad de las Artes de Zúrich (ZHdK). El objetivo es optimizar aún más la experiencia del usuario, manteniendo así la barrera psicológica lo más baja posible. "También se trata de diseñar la tecnología de forma que sea técnica y socialmente aceptable", afirma Herrmann.

Barato, pero no sustituye al consejo médico

La tecnología integrada en la almohadilla funciona sin equipos de laboratorio. "Desde el principio, el objetivo era desarrollar una solución que también pudiera utilizarse en regiones con escasa atención sanitaria y que fuera lo más rentable posible, permitiendo potencialmente el cribado poblacional", afirma Herrmann.

Por consiguiente, MenstruAI puede servir como sistema de alerta precoz: las usuarias pueden pedir consejo médico en caso de valores anormales. No pretende sustituir a los diagnósticos establecidos, sino proporcionar información sobre cuándo puede ser conveniente una visita al médico. Además, se puede seguir la evolución de la salud a largo plazo y comprender mejor cualquier cambio.

Herrmann y Dosnon consideran que MenstruAI es algo más que un proyecto técnico. Es una contribución a una asistencia sanitaria más equitativa. "Cuando hablamos de asistencia sanitaria, no podemos simplemente eliminar a la mitad de la humanidad", subraya Herrmann. Los investigadores se sorprendieron de hasta qué punto el tema de la menstruación sigue estigmatizado, incluso en los círculos académicos, y de que muchos declararan que su idea era nauseabunda o poco práctica. Sin embargo, Dosnon está convencido: "Hacen falta proyectos valientes que rompan las pautas de comportamiento existentes para que la salud de la mujer ocupe por fin el lugar que se merece".

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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