Duración prácticamente indefinida: por primera vez se implanta la única prótesis valvular cardíaca del mundo fabricada con tejido del propio organismo
La tecnología se transfirió a la empresa berlinesa GrOwnValve
El Centro Alemán del corazón de Charité (DHZC) ha implantado una prótesis valvular cardíaca fabricada con tejido del propio organismo, la primera de este tipo en el mundo. A diferencia de las válvulas de sustitución convencionales fabricadas con material animal, está diseñada para durar casi indefinidamente y adaptarse al crecimiento del organismo en niños con defectos congénitos de las válvulas cardíacas. Esto podría evitar la necesidad de estresantes operaciones de seguimiento en el futuro.
Las enfermedades de las válvulas cardiacas figuran entre las cardiopatías adquiridas y congénitas más frecuentes. Cada año nacen en todo el mundo unos 160.000 niños con un defecto de la válvula pulmonar, es decir, la válvula entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar. En Alemania, esta cifra es de unos 800 recién nacidos al año.
Hasta ahora se disponía de prótesis para sustituir esta válvula, cuyas valvas se fabricaban con tejido animal de ganado vacuno o porcino. Sin embargo, estas válvulas sólo duran un tiempo limitado y hay que sustituirlas al cabo de unos años. En los niños, hay una desventaja decisiva adicional: las válvulas de sustitución no crecen con el niño y hay que sustituirlas por un modelo mayor cada cinco o diez años. Cada una de estas operaciones a corazón abierto supone una carga considerable y estancias hospitalarias más largas para los jóvenes pacientes.
El Dr. Boris Schmitt, pediatra del Centro Alemán del Corazón (DHZC) de Charité, y su equipo llevan desde 2010 investigando una solución a estos problemas: Válvulas cardíacas fabricadas con tejido del propio organismo, que por tanto son aceptadas por el sistema inmunitario y, en el mejor de los casos, se adaptan al crecimiento del cuerpo.
Un método innovador que combina longevidad con un tratamiento suave
El procedimiento consiste en extraer tejido del pericardio del propio paciente, moldearlo para formar las valvas de la nueva válvula cardiaca y fijarlas a un armazón de alambre (stent). A continuación se comprime, se coloca en la posición exacta en el corazón mediante un fino catéter controlado por rayos X y se despliega allí. El procedimiento completo dura sólo unas horas y no requiere cirugía a corazón abierto.
"La ventaja decisiva de nuestra innovación reside en el uso de tejido del propio cuerpo", explica el Dr. Boris Schmitt, pediatra del Centro Alemán del Corazón de Charité, que lleva investigando este método desde 2010: "Estas válvulas no son reconocidas como extrañas por el sistema inmunitario. Al principio reciben nutrientes del torrente sanguíneo y, con el tiempo, incluso se forman capas celulares. Así, las valvas de la válvula cardíaca permanecen vivas, por así decirlo, y pueden regenerarse y adaptarse a las necesidades del organismo. Por tanto, esperamos que estas válvulas puedan durar bastante más que los modelos disponibles actualmente, idealmente toda la vida".
Perspectivas pioneras para niños con defectos cardíacos
La aplicación de la tecnología es especialmente prometedora para los niños con malformaciones congénitas de las válvulas cardíacas. Para ello se desarrolla un stent especial que se disuelve en el organismo al cabo de un tiempo. Lo único que queda es la válvula cardíaca fabricada con tejido del propio organismo, cuyo tamaño ya no está limitado por el armazón de alambre. "De este modo, queremos crear las mejores condiciones posibles para el crecimiento de la válvula en los niños y adolescentes que esperamos", explica Boris Schmitt.
El Prof. Dr. Felix Berger, Director de la Clínica de Cardiopatías Congénitas - Cardiología Pediátrica del DHZC, bajo cuya dirección se ha desarrollado el proyecto, subraya: "Con unos 160.000 niños en todo el mundo que nacen cada año con un defecto de la válvula pulmonar, esta tecnología podría representar un cambio de paradigma en el tratamiento de muchos de estos niños. Esperamos que este método nos permita reducir significativamente el número de operaciones a corazón abierto necesarias."
Tras años de estudios preliminares y complejos procedimientos de aprobación, el procedimiento ha sido autorizado para su uso en seres humanos. El estudio actual (GECT-DZHK28) del Centro Alemán de Investigación Cardiovascular (DZHK) investiga inicialmente la seguridad del método en siete adultos jóvenes con un defecto congénito de la válvula pulmonar. Si el método resulta viable y seguro, está previsto un estudio de seguimiento más amplio, que incluirá tanto a niños como a adultos.
El primer paciente ya puede volver a trabajar
Mientras tanto, ya se ha tratado con éxito a dos pacientes. Marcus L., de Sajonia, el primer paciente, nació con estenosis valvular a principios de 1990 y en 2001 se sometió a la llamada operación de Ross, que incluyó la sustitución de su válvula pulmonar por otra fabricada con tejido animal. 24 años después, esta válvula tiene que ser sustituida de nuevo. Como candidato ideal para el nuevo procedimiento, el Dr. Schmitt y su equipo le informaron de la innovadora opción de tratamiento.
"Como padre de tres hijos y pintor y solador autónomo, quería volver a estar en condiciones de trabajar lo antes posible, por lo que me decidí inmediatamente por este nuevo procedimiento", explica Marcus L. Sus cálculos han dado resultado hasta ahora: Le dieron el alta cinco días después de la intervención y volvió al trabajo cuatro semanas más tarde. "Me siento muy bien", afirma este hombre de 34 años.
De proyecto de investigación a start-up
La tecnología se transfirió a la start-up berlinesa GrOwnValve, fundada en 2019 por el PD Dr. Boris Schmitt y Jasper Emeis. La empresa recibió una subvención de 2,5 millones de euros y un compromiso de inversión de 5,3 millones de euros del Programa Acelerador EIC de la Unión Europea. Estos fondos se destinarán principalmente a estudios clínicos para demostrar la seguridad y eficacia del procedimiento.
Además, la Fundación Centro Alemán del Corazón de Berlín apoya el proyecto desde hace años facilitando locales e infraestructura.
"La esperanza es que esta tecnología esté disponible en países menos desarrollados o más pobres", afirma Schmitt. "Como el procedimiento no requiere costosas prótesis artificiales y utiliza tejidos del propio cuerpo, podría ser mucho más rentable y beneficiar así a miles de niños de todo el mundo que, de otro modo, no tendrían acceso a un tratamiento adecuado."
Perspectivas futuras de la tecnología
En la actualidad, el procedimiento sólo está aprobado para la sustitución de la válvula pulmonar, es decir, la situada entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar. En el futuro, sin embargo, tras extensas pruebas, la tecnología debería poder utilizarse también para otras válvulas cardíacas, como la aórtica, que tienen que soportar mayores cargas.
Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Alemán se puede encontrar aquí.
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