Ajo silvestre: la confusión a menudo conduce a la intoxicación

El consumo de dobles venenosos puede tener graves consecuencias

06.04.2023 - Alemania

El ajo silvestre pertenece a la familia allium y es una de las hierbas silvestres autóctonas más conocidas. Recolectada fresca en primavera, mucha gente utiliza la planta en la cocina para platos versátiles como sopas, salsas y ensaladas. "Aunque el olor parecido al ajo es una característica típica del puerro del oso, la planta se confunde a menudo con el venenoso lirio de los valles o azafrán de los prados", afirma el profesor Dr. Dr. Andreas Hensel, Presidente del Instituto Federal de Evaluación de Riesgos (BfR). "Tales confusiones dan lugar a casos de intoxicación cada temporada, algunos de los cuales son mortales".

El ajo silvestre (Allium ursinum), conocido popularmente como ajo de bosque, crece en bosques caducifolios y mixtos ricos en hierbas, sombreados y ricos en nutrientes, bosques de ribera, parques y huertos. En primavera, de los pequeños bulbos suelen brotar dos jugosas hojas verdes y lanceoladas que también se utilizan en la cocina. Las hojas jóvenes se parecen a las del venenoso lirio de los valles (Convallaria majalis) y al muy venenoso azafrán de los prados (Colchicum autumnale). Esto lleva a menudo a confusión, como demuestran los muchos años de documentación en los centros de información sobre venenos de los Länder y en el BfR. En particular, el consumo accidental del azafrán de los prados, muy venenoso, ha provocado en el pasado intoxicaciones graves o incluso mortales. El consumo de lirio de los valles puede provocar diarrea y vómitos y, en raros casos graves, arritmia cardiaca. En los casos de intoxicación con hojas del azafrán de los prados, la persona afectada sufre graves molestias gastrointestinales tras un periodo de latencia de 6-12 horas. Le sigue una fase de 1 a 3 días con pocos síntomas, hasta que finalmente se produce un fallo multiorgánico.

Especialmente en los meses de abril y mayo aumentan los casos de intoxicación en Alemania, pero también en Austria, Suiza y Croacia, tras recoger lo que se cree que es ajo silvestre.

Para distinguir el ajo silvestre de sus dobles venenosos, suele bastar con frotar una hoja verde entre los dedos. Si no aparece el típico olor a ajo silvestre, es mejor dejar la hierba y limpiarse bien las manos. Sin embargo, la prueba del olor tiene sus trampas. Si el olor a puerro de una prueba anterior sigue pegado a las manos, puede dar lugar a un resultado falso. Por ello, quien recoja ajos silvestres debe estar familiarizado con la planta y todas sus características para poder distinguirla con seguridad de las plantas venenosas. El BfR aconseja que, en caso de duda, es mejor no comer ajos silvestres recolectados por uno mismo.

En el comercio alimentario, el ajo silvestre suele formar parte del surtido de verduras de temporada y procede de cultivos controlados. También es posible comprar plantas o semillas en tiendas especializadas y cultivarlas uno mismo. De este modo, el consumidor no tiene que renunciar al placer y evita el riesgo de intoxicación.

Si se producen molestias de salud tras una comida con ajo silvestre supuestamente utilizado, se debe consultar inmediatamente a un centro de información toxicológica o pedir consejo médico.

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