La radiación UV natural en invierno no es lo suficientemente fuerte contra el SARS-CoV-2

En invierno el virus tiene una buena oportunidad de sobrevivir fuera

18.11.2020 - Austria

El virus del SARS-CoV-2 que causa el COVID-19 representa una amenaza para la salud humana tanto en el interior como en el exterior. Además de la infección directa por gotitas respiratorias y aerosoles, otro modo de transmisión consiste en virus transportados por el aire que permanecen en el aire antes de asentarse y contaminar las superficies. Un estudio recientemente publicado por Vetmeduni Viena ha revelado ahora el grado de eficacia de la radiación UV solar contra el SARS-CoV-2 en el exterior.

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Imagen simbólica

Se sabe que la radiación ultravioleta solar (RUV) actúa como un virucida ambiental natural. La eficacia virucida de la RUV depende principalmente de la sensibilidad del virus contra la RUV, así como de la cantidad de RUV entrante. Un equipo internacional de investigación dirigido por el director del estudio, Alois Schmalwieser, del Instituto de Fisiología y Biofísica de Vetmeduni, Viena, estimó el potencial de la RUV solar para inactivar el SARS-CoV-2 en el medio ambiente.

Los investigadores combinaron los datos de los satélites sobre la RUV que daña el ADN con la información disponible sobre el impacto de la fluencia (la energía radiante recibida) en la inactivación de los coronavirus. Schmalwieser: "Nuestros resultados muestran que la radiación UV solar tiene un alto potencial para inactivar los coronavirus, pero el grado depende fuertemente de la ubicación y la estación. En los subtrópicos, por ejemplo en São Paulo a 23,5°S, la fracción de supervivencia diaria es inferior a 10-4, es decir, diez milésimas partes de todos los coronavirus, durante todo el año. En Reykjavik, a 64°N, tal reducción sólo se puede encontrar en junio y julio. Pero incluso en Islandia, la radiación UV solar es capaz de inactivar el 90% en 30-100 minutos en verano, con una completa esterilización en un día".

La primavera, el verano y el otoño mantienen el virus bajo control en el exterior

Los resultados del estudio sugieren que la radiación UV solar en primavera, verano y otoño es el factor limitante natural más importante para la supervivencia del virus en el exterior, ya que más del 90% de los virus se inactivan en menos tiempo de lo que pueden hacerlo otros factores ambientales naturales como el tipo de superficie, la temperatura del aire y la humedad. Sin embargo, la radiación UV presumiblemente sólo tiene efectos menores en la transferencia viral directa de persona a persona en el aire, ya que esto puede ocurrir en minutos. "Nuestras estimaciones muestran, sin embargo, que los virus que permanecen en el aire o que se adhieren a las superficies se ven claramente afectados por la radiación UV solar", dice Alois Schmalwieser.

En invierno el virus tiene una buena oportunidad de sobrevivir fuera

Además del ozono geográfico y atmosférico, otros factores, como la topografía y la nubosidad, también desempeñan un papel muy importante en la distribución de la radiación ultravioleta y, por consiguiente, en la inactivación y supervivencia del SARS-CoV-2. Sobre la base de los datos correspondientes a diciembre de 2019, la irradiación solar diaria no bastaría para alcanzar un nivel de esterilización en todo el continente europeo en el último mes del año. Según los investigadores, esto podría permitir que el coronavirus sobreviviera el tiempo suficiente en el exterior para mantenerse infeccioso durante varias horas o incluso durante días enteros. Esto es muy diferente a la situación de mediados de abril de 2020, después del primer pico de la pandemia en Europa, cuando la esterilización del SARS-CoV-2 por medio de la radiación UV solar era bastante alta.

La sombra y las ventanas de vidrio bloquean significativamente la radiación UV

La radiación UV es generalmente más baja y la supervivencia del coronavirus es significativamente mayor en la sombra. Las ventanas de vidrio bloquean la mayor parte de la radiación UV-B solar (280 nm-315 nm) y por lo tanto inhiben la eficacia virucida de la luz solar. Schmalwieser concluye: "Esperamos que estos datos puedan ser una contribución a los estudios complementarios sobre el papel de la radiación UV solar en la reducción de la contagiosidad de las superficies contaminadas y que puedan actuar como una herramienta adicional para la protección individual y colectiva, especialmente durante una posible segunda o ulterior ola, a fin de reducir al mínimo el riesgo de contagio mediante medidas de protección individuales y colectivas".

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