Microflora de gafas: el mini universo en tu nariz

31.03.2020 - Alemania

Casi uno de cada dos europeos usa gafas. Debido a su posición central en nuestra cara, cerca de nuestra boca y nariz, y a su contacto regular con la piel, especialmente con nuestras manos, se ha demostrado que las gafas están frecuentemente contaminadas con microorganismos. La Universidad de Furtwangen ha publicado el primer estudio de biología molecular a nivel mundial sobre la colonización bacteriana de las gafas que se han usado.

Hochschule Furtwangen

En las lentes, sienes y almohadillas nasales en total, se descubrieron 5232 especies diferentes de bacterias y 665 géneros

"Dado que muchas bacterias no podían cultivarse hasta ahora, las técnicas de la biología molecular permiten comprender de forma completamente nueva la colonización de objetos cotidianos como las gafas", explica el investigador principal, el Prof. Dr. Markus Egert, que imparte clases de microbiología e higiene en la Universidad de Furtwangen, en el campus de Schwenningen. El desafío que presenta este estudio también radica en la cantidad extremadamente pequeña de ADN que se puede aislar de las gafas.

En el estudio se analizaron 30 pares de gafas de usuarios de la universidad en tres lugares: las lentes, las sienes y las almohadillas de la nariz. En total, se descubrieron 5232 especies diferentes de bacterias y 665 géneros. La mayor variedad de especies se encontró en las lentes, y la menor en las plaquetas nasales. En general, las que se detectaron con mayor frecuencia fueron las bacterias de la piel y las membranas mucosas, como las cutibacterias, corinebacterias y estafilococos, que se transfieren a las gafas sobre la piel de la cara, las manos, o la boca y la nariz, al respirar, o al respirar sobre las gafas para limpiarlas. También se encuentran en las lentes los típicos microbios ambientales como las pseudomonas. Más del 80% de los 13 géneros más frecuentemente identificados son patógenos potenciales que pueden causar infecciones, incluyendo infecciones oculares, en aquellos con sistemas inmunológicos débiles.

El estudio proporciona una base exhaustiva para una evaluación más precisa de las gafas como portadoras de gérmenes, especialmente en el sector sanitario. Los estudios de seguimiento mostrarán hasta qué punto las gafas pueden actuar como reservorio de bacterias en infecciones oculares recurrentes y en la transmisión de bacterias resistentes a los antibióticos. También se subraya la necesidad de adoptar medidas de higiene adecuadas para quienes, como los oftalmólogos y los ópticos, que por su trabajo tienen mucho contacto con los portadores de gafas.

En un estudio anterior del grupo de trabajo de Egert, se demostró que la carga bacteriana de las gafas podía reducirse en aproximadamente un 95% mediante la limpieza en húmedo, por ejemplo, utilizando una toallita pre-humedecida para limpiar las gafas. "La limpieza húmeda con toallitas limpiadoras de lentes que contienen alcohol o un surfactante, o incluso simplemente agua y líquido lavavajillas es, según los conocimientos científicos actuales, también un medio útil para eliminar la corona u otros virus de las gafas tras el contacto con personas que han estado tosiendo", explica el profesor Egert.

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