Determinar el riesgo de ictus en una fase temprana utilizando el líquido lagrimal, las mitocondrias y datos basados en IA

Un concepto innovador pretende ayudar a prevenir los accidentes cerebrovasculares y se centra en la medicina "predictiva" en lugar de "reactiva"

28.02.2024
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Cada año, más de 100 millones de personas en todo el mundo sufren un ictus. Los ictus isquémicos son los más frecuentes, pero también pueden producirse "en silencio" y, por tanto, a menudo pasan desapercibidos. Esto puede dar lugar a enfermedades graves como demencia, depresión o incluso suicidio. Para determinar el riesgo de ictus en una fase temprana, la Prof. Dra. Olga Golubnitschaja, jefa del grupo de investigación de medicina 3P (predictiva, preventiva y personalizada) del Hospital Universitario de Bonn (UKB), junto con la Universidad de Bonn y otros autores de 25 instituciones de 11 países, ha desarrollado un enfoque holístico de la evaluación del riesgo para la salud asociado a algoritmos de prevención selectiva y tratamiento individualizado.

El número de accidentes cerebrovasculares ha aumentado en todo el mundo en los últimos años. "Las cifras correspondientes a los jóvenes menores de 50 años son especialmente alarmantes", explica el Prof. Golubnitschaja. "El número se ha duplicado en tres años. También hay casos no detectados. Se calcula que la proporción en la población es unas 14 veces mayor que la proporción de casos diagnosticados a los que se aplican medidas médicas reactivas."

Es necesario un cambio de paradigma de la medicina "reactiva" a la "predictiva

Por ello, los investigadores han desarrollado un concepto innovador que pretende ayudar a prevenir los accidentes cerebrovasculares y se centra en la medicina "predictiva" en lugar de la "reactiva". En otras palabras, el objetivo es predecir la probabilidad de enfermedad y tomar medidas basadas en ella para reducir el riesgo de enfermedad en lugar de reaccionar ante una enfermedad ya establecida. "El paso de una predisposición a un ictus o una parada cardiaca clínicamente probados no se produce de la noche a la mañana, sino a lo largo de varios años. Por tanto, el tiempo para la prevención selectiva es amplio y debe utilizarse de forma rentable en favor de los grupos de población susceptibles. Existen diversos factores de riesgo y parámetros que así lo indican y que pueden investigarse con antelación", afirma la Prof. Golubnitschaja. Junto con su grupo de investigación 3PM de la Universidad de Bonn y el consorcio internacional 3PM (European Association for Predictive, Preventive and Personalsed Medicine, EPMA), ha desarrollado un método no invasivo e indoloro que utiliza una evaluación del riesgo para la salud a través del líquido lagrimal, las mitocondrias como biosensor vital y la interpretación de datos apoyada por IA.

Las mitocondrias sirven de biosensores naturales

"Las mitocondrias están presentes en todas las células de nuestro cuerpo y actúan como un socio vital y estricto observador de si todo marcha bien con nuestra salud", explica la profesora Golubnitschaja. "Si algo va mal, las mitocondrias informan a través de la mitofagia y señalan a todos los sistemas que tenemos un problema de salud. Estas señales pueden medirse objetivamente mediante biopsias líquidas". La recogida y el análisis no invasivos e indoloros del líquido lagrimal permiten crear un perfil individualizado del paciente.

Complementado con preguntas rutinarias adicionales durante las revisiones periódicas, que incluyen, por ejemplo, predisposiciones familiares, estilo de vida y hábitos de sueño y alimentación, se crea una serie de parámetros para la evaluación individualizada del riesgo. Debido al gran número de parámetros registrados, los investigadores están utilizando la inteligencia artificial (IA) para desarrollar algoritmos que permitan una evaluación sólida del riesgo para la salud, diagnósticos predictivos y, por tanto, el desarrollo de medidas preventivas específicas.

"La aplicación de la innovación 3PM ahorra recursos humanos y económicos", afirma la profesora Golubnitschaja. "La carga económica mundial estimada de los accidentes cerebrovasculares es de más de 891.000 millones de dólares al año. Se trata de un desastre económico que queremos contrarrestar mediante la medicina predictiva utilizando nuestro enfoque holístico para prevenir los accidentes cerebrovasculares antes de que se produzcan."

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