La composición del microbioma influye en la depresión

Las alteraciones del microbioma aumentan el riesgo de numerosas enfermedades

21.12.2022 - Países Bajos

Nuestro microbioma, los miles de millones de microorganismos que viven dentro y fuera de nuestro cuerpo. Controlan muchas funciones corporales importantes, incluidas las cerebrales, y una investigación del UMC de Ámsterdam, la Universidad de Ámsterdam y Erasmus MC aporta las pruebas más amplias hasta la fecha de una relación entre la composición del microbioma y los casos de depresión. Esta composición también influye en las diferentes tasas de depresión según los grupos étnicos. Estos estudios, basados en parte en datos del estudio HELIUS, aparecen en una doble publicación en Nature Communications.

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Una gran variedad de microorganismos, como bacterias, virus y levaduras, viven sobre y dentro del cuerpo humano. El conjunto de todos esos microorganismos se denomina microbioma. El microbioma es necesario para un funcionamiento físico óptimo; por ejemplo, mediante la producción de nutrientes esenciales y la protección frente a patógenos. Las alteraciones del microbioma aumentan el riesgo de numerosas enfermedades. Por ejemplo, cada vez hay más pruebas de que varias enfermedades cerebrales también están relacionadas con alteraciones del microbioma.

Papel del microbioma

Estos resultados proceden del estudio más amplio sobre la relación entre el microbioma y la depresión, en el que participaron 3.211 personas del estudio HELIUS, dirigido por el profesor Max Nieuwdorp. Esta investigación muestra una clara relación entre la composición del microbioma y la depresión. Un microbioma que contiene bacterias menos diversas, o en el que determinadas especies bacterianas están infrarrepresentadas, se asoció con padecer depresión o más síntomas depresivos. Esta asociación era tan fuerte como la de factores de riesgo establecidos para la depresión, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de ejercicio y el sobrepeso. Por lo tanto, influir en el microbioma puede ser enormemente relevante para el tratamiento de la depresión. "Ahora que sabemos qué alteraciones del microbioma son importantes para la depresión, se abren nuevas posibilidades de tratamiento y prevención. Lo cual es urgentemente necesario", afirma Anja Lok, psiquiatra e investigadora del Departamento de Psiquiatría del UMC de Ámsterdam.

Diferencias étnicas

Investigaciones anteriores del estudio HELIUS han ilustrado diferencias étnicas tanto en la composición del microbioma como en la aparición de la depresión. Pero hasta ahora no había ninguna conexión entre ambos. El investigador Jos Bosch, del Departamento de Psicología de la Universidad de Ámsterdam: "Las importantes diferencias étnicas en la depresión parecen estar relacionadas con diferencias étnicas en el microbioma. Aún no sabemos exactamente a qué se debe. Esta asociación no fue causada por diferencias en el estilo de vida, como fumar, beber, el peso o el ejercicio, y merece una investigación más profunda. Por ejemplo, la dieta podría desempeñar un papel". Este es el primer estudio que demuestra que la disparidad en la depresión entre grupos de población está relacionada con la composición del microbioma.

Confirmación del estudio de Rotterdam

Es importante determinar si las relaciones encontradas entre el microbioma y la depresión pueden ser confirmadas por otros estudios. En el segundo artículo publicado en Nature Communications, realizado por investigadores del Erasmus MC, se compararon los datos del estudio HELIUS y del estudio ERGO (véase el recuadro informativo). Esta comparación confirmó una asociación consistente entre doce grupos de bacterias y la aparición de depresión. Y ofreció una explicación: los doce grupos bacterianos producen sustancias como el glutamato, el butirato, la serotonina y el ácido gamma amino butírico. Estos llamados "neurotransmisores" desempeñan un papel importante en la depresión. "Por tanto, estos resultados orientan claramente futuras investigaciones sobre posibles tratamientos, como el uso de probióticos, prebióticos y simbióticos o el trasplante de microbiota fecal, así como cambios en el estilo de vida y la dieta", afirma Anja Lok.

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