Los "fármacos contra la obesidad" normalizan el cerebro en la obesidad

Un fármaco contra la obesidad mejora el aprendizaje asociativo en personas con obesidad

22.08.2023 - Alemania
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La obesidad provoca alteraciones del metabolismo energético y una menor sensibilidad de las células a la insulina. Los llamados "fármacos contra la obesidad" se utilizan cada vez más para tratarla y han suscitado un enorme interés, sobre todo en Estados Unidos. Investigadores del Instituto Max Planck de Investigación del Metabolismo de Colonia (Alemania) han demostrado ahora en personas con obesidad que la reducción de la sensibilidad a la insulina afecta al aprendizaje de asociaciones sensoriales. Una sola dosis del fármaco antiobesidad liraglutida pudo normalizar estos cambios y restablecer la función del circuito cerebral subyacente.

Para controlar nuestro comportamiento, el cerebro debe ser capaz de formar asociaciones. Esto implica, por ejemplo, asociar un estímulo externo neutro con una consecuencia posterior al estímulo (por ejemplo, la placa de cocción brilla en rojo: puedes quemarte la mano). De este modo, el cerebro aprende cuáles son las implicaciones de nuestra manipulación del primer estímulo. El aprendizaje asociativo es la base de la formación de conexiones neuronales y confiere a los estímulos su fuerza motivadora. Está controlado esencialmente por una región cerebral llamada mesencéfalo dopaminérgico. Esta región tiene muchos receptores para las moléculas de señalización del organismo, como la insulina, y puede así adaptar nuestro comportamiento a las necesidades fisiológicas de nuestro cuerpo.

Pero, ¿qué ocurre cuando la sensibilidad del organismo a la insulina se reduce debido a la obesidad? ¿Cambia esto nuestra actividad cerebral, nuestra capacidad de aprender asociaciones y, por tanto, nuestro comportamiento? Investigadores del Instituto Max Planck de Investigación del Metabolismo han medido ahora cómo funciona el aprendizaje de asociaciones en participantes con peso corporal normal (alta sensibilidad a la insulina, 30 voluntarios) y en participantes con obesidad (sensibilidad a la insulina reducida, 24 voluntarios), y si este proceso de aprendizaje se ve influido por el fármaco contra la obesidad liraglutida.

La baja sensibilidad a la insulina reduce la capacidad del cerebro para asociar estímulos sensoriales

Por la noche, inyectaron a los participantes el fármaco liraglutida o un placebo por la noche. La liraglutida es un agonista del GLP-1, que activa el receptor del GLP-1 en el organismo, estimula la producción de insulina y produce sensación de saciedad. Suele utilizarse para tratar la obesidad y la diabetes de tipo 2 y se administra una vez al día. A la mañana siguiente, los sujetos realizaron una tarea de aprendizaje que permitió a los investigadores medir la eficacia del aprendizaje asociativo. Comprobaron que la capacidad de asociar estímulos sensoriales era menor en los participantes con obesidad que en los de peso normal, y que la actividad cerebral se reducía en las áreas que codifican este comportamiento de aprendizaje.

Tras una sola dosis de liraglutida, los participantes con obesidad dejaron de mostrar estas deficiencias, y no se observaron diferencias en la actividad cerebral entre los participantes con peso normal y los obesos. En otras palabras, el fármaco devolvió la actividad cerebral al estado de los sujetos con peso normal.

"Estos hallazgos tienen una importancia fundamental. Demostramos aquí que comportamientos básicos como el aprendizaje asociativo dependen no sólo de las condiciones ambientales externas, sino también del estado metabólico del organismo. Así, el hecho de que alguien tenga sobrepeso o no también determina cómo aprende el cerebro a asociar señales sensoriales y qué motivación se genera. La normalización que conseguimos con el fármaco en sujetos con obesidad, por tanto, encaja con los estudios que demuestran que estos fármacos restauran una sensación normal de saciedad, haciendo que la gente coma menos y, por tanto, pierda peso", afirma el líder del estudio, Marc Tittgemeyer, del Instituto Max Planck de Investigación del Metabolismo.

"Aunque es alentador que los fármacos disponibles tengan un efecto positivo sobre la actividad cerebral en la obesidad, es alarmante que se produzcan cambios en el rendimiento cerebral incluso en jóvenes con obesidad sin otras afecciones médicas. La prevención de la obesidad debería desempeñar un papel mucho más importante en nuestro sistema sanitario en el futuro. La medicación de por vida es la opción menos preferida en comparación con la prevención primaria de la obesidad y las complicaciones asociadas", afirma Ruth Hanßen, primera autora del estudio y médico del Hospital Universitario de Colonia.

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