Distintas mutaciones del receptor celular influyen en la gravedad de la enfermedad COVID-19

Esto afecta a alrededor del 15% de la población

16.05.2022 - Austria

Distintas variantes genéticas influyen significativamente en la respuesta inmunitaria de un individuo al virus SARS-CoV-2 y pueden influir en la gravedad de la enfermedad COVID-19. Un grupo de investigación dirigido por la MedUni de Viena ha podido demostrar que distintas variantes genéticas del receptor de anticuerpos CD16a están asociadas al riesgo de padecer COVID-19 grave. Esta enfermedad afecta a alrededor del 15% de la población. Los resultados se han publicado ahora en la revista"Genetics in Medicine".

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Las células asesinas naturales (NK) desempeñan un papel importante en la lucha contra la replicación del virus en las fases iniciales de las infecciones víricas. Las células NK tienen receptores especializados en su superficie que se unen a los anticuerpos que se producen específicamente contra los virus. Esto permite la activación dependiente de anticuerpos de las células asesinas (ADCC), que conduce a la destrucción de las células infectadas por el virus y desencadena la liberación de factores proinflamatorios.

Esta interacción entre los anticuerpos y el receptor de superficie de las células NK está influenciada por ciertos factores genéticos, lo que da lugar a variantes genéticas del receptor de fuerte (alta afinidad) o de débil (baja afinidad) unión. En colaboración con Alexander Zoufaly, del hospital Favoriten, un grupo de investigación dirigido por Hannes Vietzen y Elisabeth Puchhammer-Stöckl, del Centro de Virología de la Universidad Médica de Viena, ha demostrado ahora que determinadas variantes genéticas del receptor de anticuerpos CD16a están asociadas al riesgo de padecer COVID-19 grave.

En su estudio, publicado recientemente en la revista"Genetics in Medicine", los autores demuestran que las personas que tuvieron que ser hospitalizadas por COVID-19 grave eran significativamente más propensas a tener la variante de alta afinidad del receptor CD16a. Esta variante de alta afinidad sólo se da en alrededor del 15% de la población, y los portadores de esta variante tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar COVID-19 grave. Esta variante de alta afinidad era especialmente común en los pacientes con COVID-19 que tenían que ser tratados en unidades de cuidados intensivos o que morían a causa de la COVID-19.

En experimentos posteriores de cultivo celular, el equipo de investigación pudo demostrar que esta variante de alta afinidad del receptor de anticuerpos da lugar a una activación significativamente elevada de las células NK dependiente de los anticuerpos y a una liberación particularmente fuerte de factores proinflamatorios.

Hannes Vietzen explica: "La activación de las células NK dependiente de anticuerpos es una respuesta inmunitaria retardada. Ahora parece que esta respuesta inmunitaria particular ya no ayuda a controlar la replicación viral del SARS-CoV-2, sino que agrava el curso de la enfermedad COVID-19 al desencadenar una respuesta inmunitaria exagerada".

Las pruebas en cuestión son ensayos científicos especiales. No se está considerando la posibilidad de realizar pruebas de laboratorio rutinarias para estos parámetros, ya que actualmente no existen opciones terapéuticas o preventivas dirigidas a esta predisposición genética para reducir el riesgo de COVID-19 grave. Además, la predisposición genética es sólo uno de los diversos factores que influyen en la gravedad de la enfermedad.

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