La asunción de riesgos se relaciona con características cerebrales particulares

Varios factores de influencia estudiados en combinación por primera vez

01.02.2021 - Suiza

Existe una base genética y neurobiológica común para los comportamientos de riesgo: la disposición genética para la asunción de riesgos está mapeada en varias áreas del cerebro, según muestra un estudio de la UZH. El estudio combina por primera vez información genética y escáneres cerebrales de más de 25.000 personas.

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Los comportamientos de riesgo, como el tabaquismo, el consumo de alcohol y drogas, el exceso de velocidad o el cambio frecuente de pareja sexual, tienen enormes consecuencias sanitarias y económicas y suponen unos costes asociados que se estiman en 600.000 millones de dólares al año sólo en Estados Unidos. Para definir medidas que puedan reducir estos costes, es necesario comprender mejor las bases y los mecanismos de la asunción de riesgos.

Diferencias funcionales y anatómicas

Los neuroeconomistas de la UZH Gökhan Aydogan, Todd Hare y Christian Ruff, junto con un equipo internacional de investigación, examinaron las características genéticas que se correlacionan con el comportamiento de asunción de riesgos. Utilizando una muestra representativa de 25.000 personas, los investigadores examinaron la relación entre las diferencias individuales en la anatomía del cerebro y la propensión a adoptar conductas de riesgo. "Encontramos diferencias tanto funcionales como anatómicas", afirma Gökhan Aydogan.

Varias áreas del cerebro implicadas

Se encontraron características específicas en varias zonas del cerebro: En el hipotálamo, donde la liberación de hormonas (como la orexina, la oxitocina y la dopamina) controla las funciones vegetativas del cuerpo; en el hipocampo, esencial para el almacenamiento de recuerdos; en la corteza prefrontal dorsolateral, que desempeña un papel importante en el autocontrol y la deliberación cognitiva; en la amígdala, que controla, entre otras cosas, la reacción emocional ante el peligro; y en el estriado ventral, que se activa al procesar recompensas.

Los investigadores se sorprendieron por las diferencias anatómicas medibles que descubrieron en el cerebelo, un área que no suele incluirse en los estudios de las conductas de riesgo por suponer que participa principalmente en las funciones motoras finas. Sin embargo, en los últimos años se han planteado importantes dudas sobre esta hipótesis, dudas que ahora se ven respaldadas por el estudio actual. "Parece que el cerebelo desempeña un papel importante en los procesos de toma de decisiones, como el comportamiento de riesgo", confirma Aydogan. "En los cerebros de los individuos más tolerantes al riesgo, encontramos menos materia gris en estas áreas. Sin embargo, todavía hay que seguir estudiando cómo afecta esta materia gris al comportamiento".

Se estudian por primera vez varios factores de influencia combinados

El estudio abre nuevos caminos en varios aspectos. Es la primera vez que se investigan los fundamentos del comportamiento de riesgo con una muestra tan amplia y representativa. También es el primer estudio que examina los posibles factores de influencia -la predisposición genética y las diferencias en la anatomía y la función de las áreas cerebrales- de forma combinada y no aislada. En la actualidad, aún no está claro hasta qué punto la conexión entre la disposición genética y la expresión neurobiológica es causal, subraya Aydogan: "Hay que seguir investigando cómo determina exactamente la interacción entre el entorno y los genes la asunción de riesgos".

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