¿Combatir el Alzheimer con el sistema inmunitario?

Cómo CLIC1 controla a los "guardianes" del cerebro y posibilita nuevas terapias

29.10.2025

La importancia del sistema inmunitario se conoce cada vez mejor científicamente y también se está poniendo cada vez más de relieve en la enfermedad de Alzheimer. En un nuevo estudio, el equipo dirigido por el Prof. Dr. Christian Madry, del Instituto de neurofisiología de la Charité - Universitätsmedizin de Berlín, ha identificado la proteína CLIC1 como un interruptor central en las células inmunitarias del cerebro, las llamadas células microgliales. Los resultados se publican ahora en la revista Science Advances. El estudio ha sido financiado con 120.000 euros por la organización sin ánimo de lucro Alzheimer Forschung Initiative e.V. (AFI).

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Prof. Dr. Madry, Instituto de Neurofisiología Charité Berlin.

Células microgliales: guardianas y basureras del cerebro Las células microgliales son las células inmunitarias del cerebro. Actúan a la vez como guardianas y recolectoras de basura: detectan patógenos, residuos celulares o depósitos nocivos y los eliminan. Para ello, están equipadas con innumerables proyecciones de gran movilidad con las que escanean el tejido cerebral las 24 horas del día. "Se puede pensar en la microglía como en un pulpo que vigila constantemente su entorno con sus tentáculos", explica el profesor Madry. "Esta movilidad es única en el cerebro, pero hasta ahora no sabíamos exactamente cómo funciona".

Doblemente importante: la proteína clave CLIC1 Madry y su equipo, dirigido por Ali Rifat y Tom Bickel, pudieron demostrar en su estudio que la proteína CLIC1 (Chloride Intracellular Channel 1) desempeña un papel decisivo en dos mecanismos de las células microgliales.

En primer lugar, CLIC1 controla la motilidad de los procesos microgliales y, por tanto, la eficacia de la función de guardián. En el caso de la enfermedad de Alzheimer incipiente, esto significa que las células inmunitarias están óptimamente equipadas para eliminar la beta amiloide soluble en las primeras fases de la enfermedad, antes de que se desarrollen placas dañinas. "Sin CLIC1, las células pierden su ramificación típica y su capacidad para vigilar el tejido. Esto las hace menos eficaces a la hora de reconocer y eliminar cambios perjudiciales, como los depósitos de beta amiloide típicos de la enfermedad de Alzheimer", explica Madry.

En segundo lugar, CLIC1 controla la liberación de sustancias mensajeras proinflamatorias. En las reacciones inmunitarias normales, esta inflamación es útil porque protege al cerebro de daños mayores. En el Alzheimer, sin embargo, la reacción se descontrola cada vez más: la microglía se vuelve hiperactiva, libera cada vez más sustancias inflamatorias y contribuye así a la progresión de la propia enfermedad.

"La microglía pierde el equilibrio. En lugar de proteger, empiezan a dañar las células nerviosas", afirma Madry. "Pudimos demostrar que CLIC1 controla el complejo inflamatorio NLRP3 en la microglía. Este complejo está sobreactivado en la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades inflamatorias del tejido nervioso y es en gran parte responsable de esta desregulación. Si se bloquea CLIC1, se puede detener la reacción inflamatoria excesiva".

Nuevos enfoques terapéuticos: Influencia dirigida sobre CLIC1 La transferencia de los conocimientos adquiridos en modelos animales a la microglía humana también tuvo una importancia médica crucial. Para ello se utilizaron células madre y tejido cerebral humano, que fue cedido para fines de investigación en el marco de operaciones inevitables y en cumplimiento de estrictos requisitos éticos. Los resultados así obtenidos abren dos posibles opciones terapéuticas para distintas fases de la enfermedad:

Fase temprana: refuerzo de la microglía En las fases tempranas de la enfermedad, la motilidad de la microglía regulada por CLIC1 podría apoyarse específicamente con el fin de promover la "función guardiana" natural de las células. Esto permitiría reconocer precozmente las especies tóxicas de beta-amiloide y descomponerlas antes de que causen daños importantes.

Fase tardía: frenar la inflamación Si la enfermedad avanza y la microglía se vuelve hiperactiva, un bloqueo selectivo de CLIC1 podría ayudar a frenar los procesos inflamatorios nocivos. Esto podría frenar la inflamación nerviosa y ralentizar la progresión de la enfermedad de Alzheimer.

Según el profesor Madry, la proteína tiene además una ventaja decisiva para su posible uso terapéutico. "CLIC1 se encuentra en el cerebro humano casi exclusivamente en la microglía. Esto abre la posibilidad de desarrollar tratamientos que sólo actúen específicamente en estas células. Esto podría minimizar los efectos secundarios".

Las células inmunitarias como clave de la terapia "De hecho, no existe ninguna enfermedad neurológica en la que la microglía no esté implicada", subraya Madry. "Su capacidad para iniciar y regular la inflamación las convierte en uno de los factores más importantes en el curso de la enfermedad. Si las comprendemos e influimos en ellas de forma selectiva, podremos cambiar significativamente el curso de la enfermedad de Alzheimer".

El equipo de investigación está desarrollando actualmente un modelo de ratón de Alzheimer sin CLIC1 para analizar con precisión el papel de la proteína en las distintas fases de la enfermedad. Al mismo tiempo, los resultados se están probando en tejido cerebral humano como paso decisivo para trasladar los hallazgos al ser humano.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Alemán se puede encontrar aquí.

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