Tragar y lamer sapos
Un farmacólogo de Ulm advierte de una extraña y peligrosa tendencia farmacológica
El sapo es un accesorio espeluznante para Halloween. Tradicionalmente se añaden a pociones mágicas y brebajes de brujas. Hoy sabemos, gracias a la investigación farmacológica y toxicológica, qué sustancias intoxicantes y venenosas segregan ciertas especies de estos anfibios a través de secreciones o mucosidades. Esto explica una nueva tendencia bastante peligrosa que se ha extendido desde Australia hasta Europa, pasando por Estados Unidos: el consumo de veneno de sapo, por ejemplo lamiendo a estos anfibios. Aquí puede leer lo que el farmacólogo y toxicólogo profesor Holger Barth, de Ulm, tiene que decir sobre este extraño fenómeno y por qué desaconseja expresamente el "consumo" de sapos:
¿Usted también ha tenido que "tragarse un sapo" hoy para conseguir un objetivo? Esta metáfora demuestra que la mayoría de la gente encuentra los sapos poco apetecibles o incluso repugnantes. Pues bien, tragar nuestros sapos autóctonos probablemente no sólo costaría acostumbrarse, sino que probablemente también sería perjudicial para la salud, ya que la mucosidad de los sapos contiene toxinas que afectan al corazón, comparables a las conocidas toxinas digitálicas de las dedaleras. Al igual que algunos anfibios, como la salamandra de fuego, los sapos producen toxinas, las llamadas bufotoxinas, que excretan por las glándulas de su piel. Son eficaces contra los depredadores, pero también impiden la colonización por bacterias u hongos.
Mientras que en este país el consumo de anfibios autóctonos resulta poco atractivo, en otras regiones como EE.UU. o Australia, la gente a veces lame el sapo para intoxicarse, lo que se dice que es similar al LSD (dietilamida del ácido lisérgico). Además de bufotoxina, el moco de los sapos nativos de Colorado o Aga contiene una mezcla de alucinógenos, incluidas las sustancias bufotenina, dimetiltriptamina y 5-metoximetilmonometiltriptamina, químicamente similares al LSD. En Australia, donde se originó esta práctica, también se utiliza la piel del sapo Aga (Bufo marinus, de hasta 25 cm de longitud): La piel del sapo venenoso se seca y se hierve o se fuma para obtener un brebaje embriagador. En EE.UU. se utiliza en cambio el sapo de Colorado (Bufo alvarius, de hasta 20 cm de longitud). El veneno se encuentra en forma de secreción blanquecina, principalmente en el cuello, de donde se lame directamente o se puede fumar en forma seca. Aunque el consumo de secreciones de sapo está prohibido en EE.UU., los animales pueden mantenerse en terrarios. También en Alemania se consume la secreción e incluso se comercia legalmente con los sapos, ya que el comercio y el "consumo" de estos animales no están regulados por la Ley de Estupefacientes.
Unos 30 minutos después de lamer el sapo, aparecen sensaciones y síntomas que, según los lamedores de sapos, son muy similares a los efectos psicológicos y físicos de un viaje de LSD: Euforia, desinhibición, percepción de colores y efectos luminosos, pero también confusión, mareos, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. Sin embargo, como ocurre con todos los tóxicos elaborados a partir de animales, plantas u hongos, es imposible estimar la concentración de toxinas y sustancias tóxicas en las secreciones de los sapos, lo que puede provocar intoxicaciones con complicaciones potencialmente mortales, como una fuerte subida de la tensión arterial y arritmias cardíacas o incluso paradas cardíacas. Por tanto, el uso de alucinógenos animales es muy peligroso, por lo que se desaconseja totalmente su consumo. Teniendo esto en cuenta, le rogamos que en el futuro no lama a ningún animal, o como el Servicio de Parques Nacionales de EE.UU. publica en Facebook para los visitantes: "¡Por favor, absténgase de lamer los sapos!".
Sin embargo, el hecho de que tengamos que tragarnos algún que otro sapo de vez en cuando es probablemente inevitable. Al fin y al cabo, como escribió el poeta y político checo Viktor Dyk en su obra de teatro "El sapo de la mañana" (1908), que puede ser el origen del dicho: "(...) si quieres pasar por la vida, deberías tragarte un sapo cada mañana. Así puedes estar razonablemente seguro de que nada más repugnante cruzará tu lengua durante el día".
Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Alemán se puede encontrar aquí.