El análisis de imágenes basado en inteligencia artificial detecta lesiones orgánicas tempranas

Un programa informático podría ayudar a mitigar los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer

02.05.2025
Astrid Eckert / TUM

Un equipo dirigido por la Dra. Lisa Steinhelfer (izquierda) descubrió que determinadas terapias contra el cáncer pueden dañar los riñones. Junto con la Dra. Friederike Jungmann (derecha), describe cómo puede predecirse este daño en una fase especialmente temprana para poder adaptar las terapias en caso necesario.

Un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) ha desarrollado un método para predecir en una fase temprana los daños renales causados por determinados tratamientos contra el cáncer. Los riñones empiezan a encogerse ligeramente meses antes de que se produzca un deterioro apreciable de la función renal. Los investigadores identificaron esta tendencia mediante tomografías computarizadas analizadas por un algoritmo basado en inteligencia artificial. También observaron cambios similares en el bazo. En el futuro, estos hallazgos podrían ayudar a adaptar antes los tratamientos para evitar daños en los órganos.

En su último estudio, investigadores de los departamentos de radiología y medicina nuclear del Hospital Universitario TUM evaluaron los datos de 121 pacientes sometidos a tratamiento del cáncer de próstata con lutecio-177 PSMA. Esta terapia con radioligandos -una forma selectiva de medicina nuclear- es relativamente nueva y prometedora para el tratamiento de determinados tipos de tumores. Sin embargo, un posible efecto secundario es el deterioro de la función renal a lo largo del tratamiento.

"En un estudio anterior, observamos que los pacientes cuya función renal empeoraba tras el tratamiento con lutecio-177 PSMA mostraban cambios en la estructura del riñón", explica la Dra. Lisa Steinhelfer, autora principal del estudio. "Dado que no es factible tomar muestras de tejido de forma rutinaria, queríamos explorar si estos cambios podrían detectarse utilizando métodos menos invasivos".

El volumen renal puede servir de biomarcador

La Dra. Steinhelfer y sus colegas optaron por un enfoque que no supone una carga adicional para los pacientes. Las tomografías computarizadas y los análisis de sangre forman parte de la atención oncológica estándar para controlar la evolución del tratamiento. Los investigadores de Múnich examinaron varios indicadores de estos datos recogidos de forma rutinaria para encontrar signos tempranos de daño renal.

Mientras que factores como la longitud del riñón o la edad del paciente no arrojaron predicciones fiables, los cambios en el volumen renal resultaron ser una señal fuerte: cuando el volumen renal disminuía un 10% o más en los seis meses siguientes al inicio del tratamiento, había una alta probabilidad de que la función renal disminuyera significativamente en otros seis meses.

"Estos cambios en el volumen renal son muy sutiles. Pueden pasar desapercibidos fácilmente durante las evaluaciones rutinarias por imagen porque los médicos se centran principalmente en el seguimiento de tumores y otros hallazgos críticos", explica el Prof. Matthias Eiber, uno de los autores principales del estudio, junto con el Prof. Rickmer Braren. "En cambio, los algoritmos de análisis de imágenes -si se han entrenado adecuadamente- pueden detectar con fiabilidad incluso estos cambios menores", añade la Dra. Friederike Jungmann, que comparte la primera autoría con el Dr. Steinhelfer.

El método podría ser útil en múltiples terapias contra el cáncer

"Si tras seis meses de tratamiento se pone de manifiesto que un paciente presenta un mayor riesgo de insuficiencia renal, pueden ajustarse individualmente tanto el número de ciclos terapéuticos como la dosis", explica el Dr. Steinhelfer. "Esto permitiría un enfoque terapéutico más personalizado". El Hospital Universitario TUM participa actualmente en dos estudios prospectivos que siguen evaluando esta estrategia.

En un estudio anterior, el equipo del Dr. Steinhelfer también demostró que los cambios en el tamaño del bazo pueden servir como señal de alerta temprana de alteraciones en la producción de células sanguíneas. "Muchas terapias contra el cáncer pueden afectar a la función hepática o al sistema hematopoyético", señala. "Creo que nuestro método podría ayudar a detectar una amplia gama de efectos secundarios relacionados con el tratamiento mucho antes de lo que es posible en la actualidad", afirma Lisa Steinhelfer.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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