Protección contra COVID-19: la experiencia no siempre es una ventaja para la respuesta inmunitaria

Una buena respuesta a la vacunación contra el SARS-CoV-2 se basa en las células inmunitarias ingenuas, mientras que las células de memoria preexistentes son bastante desventajosas

16.08.2022 - Alemania

Las personas que han sido infectadas con frecuencia por los virus del resfriado común -que también pertenecen a los coronavirus- no están mejor protegidas contra el Covid-19, ni después de la infección por el SARS-CoV-2 ni después de la vacunación. "Ya demostramos en 2020 que la exposición previa a los virus del resfriado común no proporciona protección contra el COVID-19. En un estudio de seguimiento, ahora hemos podido demostrar que esto tampoco es beneficioso para la calidad de la respuesta a la vacuna", explica la profesora Petra Bacher, del Instituto de Inmunología de la Universidad de Kiel (CAU) y del Centro Médico Universitario de Schleswig-Holstein (UKSH), en el Campus de Kiel. Junto con el profesor Alexander Scheffold, director del Instituto de Inmunología, y sus colegas del Grupo de Excelencia "Medicina de Precisión en Inflamación Crónica" (PMI) de Kiel, la inmunóloga analizó muestras de sangre de personas sanas antes y después de recibir la vacuna contra el SRAS-CoV-2. El resultado del estudio se ha publicado ahora en Immunity: "Una buena respuesta inmunitaria procede del repertorio de células T ingenuas. Las células T de memoria preexistentes que reconocen el SARS-CoV-2 tienen más bien un efecto negativo". Esto podría explicar por qué la respuesta inmunitaria en los ancianos suele ser peor tras la infección o la vacunación.

© Sascha Klahn, Uni Kiel

Aislamiento de células inmunitarias de la sangre

¿Qué hace que una vacuna tenga una buena respuesta?

Las células T, más concretamente las células T auxiliares, son los organizadores centrales de las respuestas inmunitarias. Cada célula T reconoce un patógeno específico a través de su "receptor de células T". Las células T ingenuas aún no han tenido ningún contacto con un patógeno. Durante una infección o vacunación, sólo las células T específicas del patógeno se activan y pueden transformarse en células de memoria. Estas células de memoria proporcionan una rápida reacción inmunitaria en caso de contacto repetido con el patógeno: el principio de la vacunación. Sin embargo, también en la sangre de las personas que no están vacunadas ni han sido infectadas, pueden encontrarse células de memoria que pueden reaccionar al SRAS-CoV-2 pero que proceden de infecciones con otros patógenos. Se trata de un fenómeno denominado reactividad cruzada, que hasta ahora se consideraba protector. "Nos preguntamos si las células de memoria que ya han reaccionado a un patógeno similar al SARS-CoV-2, como un virus del resfriado, mejoran realmente la respuesta a la vacunación contra el SARS-CoV-2. O si es más importante tener muchas células ingenuas contra el SARS-CoV-2 que puedan adaptarse específicamente al nuevo patógeno. Este es el caso típico de las personas jóvenes, que suelen afrontar bien las infecciones y las vacunas", explica la profesora Bacher, que recibió el Premio Dorothea Erxleben para Investigadoras 2021 del Cluster de Excelencia PMI e invirtió el dinero del premio en este proyecto.

Para el estudio actual, se analizó la sangre de 50 individuos sanos antes de que recibieran la vacuna de la corona y varias semanas después de la primera y segunda vacunación. Se excluyó la infección previa con COVID-19. Mediante una técnica especial denominada enriquecimiento de células T reactivas al antígeno, es posible analizar muy específicamente las células que reaccionan a la vacuna. Bacher: "Seleccionamos las células que reaccionan al SARS-CoV-2 porque sólo ellas determinan la respuesta inmunitaria. Analizando el receptor de células T, un identificador de una célula T individual y de su progenie, podemos entonces determinar si las células proceden del repertorio ingenuo o del repertorio de memoria". Los resultados de este análisis se correlacionaron con la calidad de la respuesta a la vacuna.

El éxito de la vacunación no es tan bueno en los ancianos

Según el profesor Bacher, el resultado del estudio fue que "las células T de memoria preexistentes no contribuyen a una respuesta inmunitaria de alta calidad. Más bien lo contrario. Una respuesta inmunitaria muy buena procede del repertorio ingenuo". Los participantes mayores de 80 años mostraron una respuesta vacunal más débil en general. En sus casos, la vacunación sólo produjo un ligero aumento de las células T específicas del SARS-CoV-2. "Demostramos que en los ancianos, las pocas células T ingenuas que quedan, ya no pueden activarse tan bien. Pero también la fuerte presencia de células de memoria preexistentes no contribuye positivamente a la respuesta vacunal en los ancianos." Este defecto del sistema inmunitario de las personas mayores puede paliarse con nuevas vacunaciones de refuerzo, pero no puede compensarse totalmente. A pesar de la vacunación, las personas muy mayores siguen siendo un grupo vulnerable. "Tenemos que ser conscientes de que sigue habiendo un grupo de riesgo. Afecta sobre todo a los ancianos, cuyo sistema inmunitario no puede hacer frente a este "nuevo" patógeno. Pero también entre los jóvenes hay algunos con mala respuesta a la vacunación. Esto también se pone de manifiesto en el hecho de que, a pesar de estar vacunados, siguen produciéndose casos graves", añade Alexander Scheffold.

Protección de la vacunación: los valores de los anticuerpos por sí solos no son concluyentes

La eficacia y la duración de la protección de la vacunación contra el SRAS-CoV-2 en casos individuales todavía no puede determinarse de forma fiable mediante análisis de sangre. La medición de anticuerpos específicos contra el patógeno no es concluyente porque aún no se sabe a qué nivel se da una protección inmunitaria suficiente. Bacher dijo: "No hay umbrales claros en el sistema inmunitario. El factor decisivo puede variar de una persona a otra. En general, muchos parámetros contribuyen a la protección contra la infección, además de los anticuerpos, en particular las células T". Sin embargo, los análisis de las células T utilizados en este estudio son todavía demasiado complejos para su aplicación clínica. Todavía hay que invertir mucho en investigación y desarrollo antes de poder determinar estos organizadores de la respuesta inmunitaria en la práctica clínica diaria, y no sólo para el SARS-CoV-2. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha demostrado claramente su necesidad.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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