Enfermedad tropical Fiebre de Oroya: la elucidación del mecanismo de la enfermedad abre la posibilidad de una terapia novedosa
Investigadores de la Universitaetsmedizin Frankfurt y la Universidad Goethe identifican el talón de Aquiles del patógeno de la oroya Bartonella bacilliformis
La llamada "fiebre de la Oroya" es una enfermedad infecciosa extremadamente grave que, sin embargo, está clasificada entre las denominadas enfermedades tropicales desatendidas. Esto se debe a que la infección se produce - hasta ahora - exclusivamente en los valles de gran altitud de los Andes sudamericanos, principalmente en Perú, pero también en Ecuador y Colombia. Como consecuencia, ha recibido poca atención por parte de la investigación y el desarrollo farmacéutico. La fiebre de la Oroya está causada por la bacteria Bartonella bacilliformis, que se transmite por la picadura de flebótomos infectados del género Lutzomyia. La enfermedad suele comenzar con fiebre alta y destrucción masiva de glóbulos rojos (eritrocitos), lo que provoca una anemia hemolítica grave. Sin tratamiento antibiótico, la fiebre de Oroya es mortal hasta en el 90% de los casos. El 26% de los patógenos ya son resistentes al antibiótico estándar ciprofloxacino, lo que dificulta considerablemente el tratamiento antibiótico.
Hasta ahora, los flebótomos sólo se encontraban en Sudamérica. Sin embargo, debido al calentamiento global y al aumento de los viajes, los expertos prevén que el hábitat de estos flebótomos podría expandirse a otros continentes e incluso a Europa.
Un equipo internacional de investigación dirigido por el profesor Volkhard Kempf, de la Universitaetsmedizin Frankfurt y la Universidad Goethe, ha generado y analizado más de 1.700 variantes genéticas del patógeno, identificando dos proteínas que Bartonella necesita para destruir los glóbulos rojos: una denominada porina, que permite el intercambio de sustancias como los iones con el medio ambiente, y una enzima denominada α/β-hidrolasa. Juntas, estas dos proteínas son responsables de la hemólisis. Los análisis estructurales y las mutaciones puntuales dirigidas demostraron que la actividad hemolítica de Bartonella bacilliformis depende estrictamente de la integridad enzimática de la α/β-hidrolasa. "Ambas proteínas actúan conjuntamente para destruir los eritrocitos humanos y explicar así la presentación clínica característica de la fiebre de Oroya", explica el Dr. Alexander Dichter, primer autor del estudio. "Esto convierte a la α/β-hidrolasa en una proteína diana adecuada para agentes terapéuticos".
En experimentos de laboratorio, los investigadores también identificaron un inhibidor -un inhibidor de la fosfolipasa- que bloquea la actividad de la α/β-hidrolasa y también puede impedir la hemólisis de los eritrocitos. "Si logramos desactivar selectivamente de esta forma el efecto causante de la enfermedad de la bacteria en el cuerpo humano, es posible que dispongamos de una terapia contra la que sea improbable que se desarrolle resistencia", está convencido Dichter.
"La fiebre de Oroya es un grave problema de salud pública en Perú y Sudamérica, que mata a cientos de personas cada año sin llamar la atención del resto del mundo. La enfermedad está relacionada con la pobreza y forma parte de las enfermedades tropicales desatendidas, a las que se presta muy poca atención", afirma el profesor Volkhard Kempf, Director del Instituto de Microbiología Médica e Higiene Hospitalaria, que también alberga el Laboratorio alemán auxiliar para infecciones por Bartonella (designado por el Instituto Robert Koch de Berlín). "Por tanto, nos complace aún más haber sentado las bases para el desarrollo de enfoques terapéuticos novedosos para la fiebre de Oroya y, de este modo, haber realizado una importante contribución a la lucha contra esta mortal enfermedad tropical desatendida."
Kempf explica que, una vez finalizado el periodo de financiación del proyecto, se están realizando esfuerzos para conseguir más apoyo financiero para continuar la investigación. "Ahora que hemos dilucidado los mecanismos de la hemólisis, nuestro siguiente objetivo es entender cómo se une el patógeno a los eritrocitos, ya que la adhesión de los patógenos a las células huésped es siempre el primer paso en cualquier infección. Hace varios años pudimos dilucidar los mecanismos de adhesión de un patógeno relacionado, la bacteria Bartonella henselae".
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Publicación original
Alexander A. Dichter, Florian Winklmeier, Diana Munteh, Wibke Ballhorn, Sabrina A. Becker, Beate Averhoff, Halvard Bonig, Adrian Goldman, Meritxell García-Quintanilla, Luis Solis Cayo, Pablo Tsukayama, Volkhard A. J. Kempf; "Porin A and α/β-hydrolase are necessary and sufficient for hemolysis induced by Bartonella bacilliformis"; Nature Communications, Volume 16, 2025-11-28