Aumentar la edad legal para consumir alcohol mejora el rendimiento académico y la salud mental
A pesar de la tendencia a la baja en el consumo de alcohol, los índices de consumo entre los adolescentes europeos siguen siendo notablemente altos en comparación con los niveles internacionales. Según el Proyecto Europeo de Encuestas Escolares sobre Alcohol y Otras Drogas, casi la mitad de los jóvenes de entre 15 y 16 años declara haber consumido alcohol en los últimos 30 días, y aproximadamente el 30% de ellos se ha dado atracones. Un nuevo estudio dirigido por Carmen Villa, profesora adjunta del Departamento de Economía de la Universidad de Zúrich, aporta nuevas pruebas de que elevar la edad mínima legal para el consumo de alcohol de 16 a 18 años puede mejorar significativamente el rendimiento académico y la salud mental de los adolescentes.
Amplio análisis de los cambios políticos en España
Carmen Villa y su coautor Manuel Bagues, de la Universidad de Warwick, estudiaron cuatro regiones españolas en las que se habían introducido leyes más estrictas sobre el alcohol en los últimos 20 años. Estos cambios normativos incluían medidas como la restricción de la venta de alcohol a menores, la limitación del acceso a los locales y la regulación de la publicidad. Dado que los cambios se introdujeron en las regiones en momentos diferentes, los investigadores pudieron comparar el comportamiento de los adolescentes antes y después de la entrada en vigor de las nuevas leyes. El análisis se basa en datos de unos 250.000 estudiantes españoles encuestados sobre sus hábitos de consumo de alcohol, 180.000 participantes en los exámenes PISA y 600.000 individuos del censo de 2021.
Menos alcohol, más éxito académico
Tras la introducción de leyes más estrictas sobre el alcohol, la probabilidad de que los adolescentes españoles de entre 14 y 17 años se emborracharan el mes anterior se redujo entre un 7% y un 17%, mientras que el consumo excesivo de alcohol disminuyó un 14%. "Estos efectos se observaron tanto en las conductas de consumo de alcohol autodeclaradas como en las declaradas por los compañeros, lo que sugiere un auténtico cambio de comportamiento", afirma Carmen Villa.
Además, la reducción de las borracheras y las intoxicaciones se tradujo en importantes beneficios educativos. Los estudiantes de las regiones con una edad legal para el consumo de alcohol más elevada obtuvieron un 4% más en los exámenes PISA, lo que equivale aproximadamente a dos meses de escolarización adicional. Estas mejoras son coherentes con las pruebas de la literatura médica, que demuestran que el alcohol perjudica directamente el desarrollo cognitivo durante la adolescencia, un periodo de la vida en el que el cerebro sigue siendo muy vulnerable a sus efectos.
Mejora de la salud mental
El estudio también reveló mejoras sustanciales en la salud mental. En las regiones donde se había elevado la edad mínima legal para el consumo de alcohol, los adolescentes tenían un 10% menos de probabilidades de consumir medicamentos recetados para la ansiedad y el insomnio. "Nuestros hallazgos establecen una relación causal entre el consumo de alcohol y la salud mental, y coinciden con las observaciones médicas existentes", afirma Villa. Sorprendentemente, estos beneficios se produjeron sin cambios apreciables en otros comportamientos. Los estudiantes no cambiaron la cantidad de tiempo que dedicaban a estudiar, socializar, utilizar Internet o practicar deportes, ni sustituyeron el alcohol por otras sustancias como el cannabis o los cigarrillos. "Este patrón sugiere que las mejoras académicas observadas están directamente relacionadas con los efectos neurocognitivos del alcohol y no con cambios indirectos en el estilo de vida", añade el investigador.
Perspectivas para Suiza
Las conclusiones del estudio también son relevantes para países como Suiza, donde es legal que los jóvenes de 16 años consuman cerveza y vino y donde las tasas de consumo de alcohol entre los jóvenes son superiores a la media europea. Los datos procedentes de España sugieren que unas restricciones más estrictas podrían reportar beneficios educativos. "Aumentar la edad mínima legal para el consumo de alcohol es una herramienta rentable para mejorar el desarrollo cognitivo de los adolescentes", afirma Villa.
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