Dos de cada tres personas con dolor crónico recurren a la comida reconfortante

Más de dos tercios de las personas que padecen dolor crónico recurren a alimentos reconfortantes para sobrellevarlo

14.10.2025
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Más de dos tercios de las personas que padecen dolor crónico recurren al chocolate o a otros alimentos reconfortantes para sobrellevarlo. Una nueva investigación demuestra que comer ofrece placer, distracción y alivio de las emociones negativas durante las crisis de dolor.

Una de cada cinco personas en el mundo padece dolor crónico (que dura tres meses o más), lo que lo convierte en un importante problema de salud pública. Comer para consolarse es una respuesta habitual al dolor, pero esto puede llevar al aumento de peso, lo que a su vez puede empeorar el dolor y aumentar el riesgo de otros problemas de salud.

El catedrático Toby Newton-John, director de la Escuela Universitaria de Salud de la Universidad Tecnológica de Sydney (UTS), afirma que comprender la psicología que subyace a la alimentación reconfortante es crucial para desarrollar estrategias eficaces de tratamiento del dolor y evitar un ciclo negativo.

"Las personas que conviven a diario con el dolor necesitan encontrar formas de sobrellevarlo. Pensamos en la medicación, la fisioterapia o las compresas calientes como estrategias de control del dolor, pero no solemos pensar en la comida del mismo modo. Sin embargo, dos tercios de nuestra muestra afirmaron que recurrían a la comida al menos una vez cada quince días cuando el dolor arreciaba".

El estudio, Eating to Feel Better: The Role of Comfort Eating in Chronic Pain, se publicó en el número de septiembre de la revista Journal of Clinical Psychology in Medical Settings, con Claudia Roche, la Dra. Amy Burton y el profesor Newton-John como coautores.

Los investigadores encuestaron a 141 adultos con dolor crónico para saber por qué recurrían a la comida cuando se desataba el dolor. Los resultados mostraron que la principal razón para comer de forma reconfortante inducida por el dolor era "para tener una experiencia agradable" (51,8%), seguida de "distracción" (49,6%) y "para reducir las emociones" (39%).

"Fue un hallazgo un tanto inesperado", afirma el Dr. Burton, profesor de psicología clínica en la Escuela de Postgrado en Salud de la UTS.

"Comer alimentos reconfortantes no sólo servía para distraerse o adormecer los sentimientos negativos, aunque eso también era importante. Para muchos, comer alimentos reconfortantes suponía una experiencia agradable en su día a día y algo que esperar. Si vives con dolor todo el tiempo, ese momento de placer se convierte en un motivador muy poderoso.

"También puede haber una explicación biológica. Las investigaciones demuestran que los alimentos ricos en calorías pueden tener un leve efecto analgésico. Incluso en estudios con animales, las ratas con dolor buscan el azúcar. Parece que no es sólo psicológico. Es posible que estos alimentos también tengan una propiedad analgésica real", afirma.

Sin embargo, la comodidad tiene un coste. Casi el 40% de los participantes en el estudio cumplían los criterios de obesidad, y el profesor Newton-John advierte de que el alivio impulsado por la comida puede convertirse en parte de un círculo vicioso, en el que cada afección exacerba la otra.

"A corto plazo, los alimentos ricos en calorías hacen que la gente se sienta mejor. Reduce los síntomas del dolor y aumenta la tolerancia al mismo. A largo plazo, puede alimentar el aumento de peso y la inflamación, lo que aumenta la presión sobre las articulaciones y empeora el dolor; y eso puede atrapar a las personas en una espiral muy difícil de romper."

Los programas de tratamiento del dolor suelen centrarse en el uso de medicamentos y técnicas de fisioterapia. Esta investigación sugiere la necesidad de integrar consejos dietéticos en los programas de tratamiento del dolor para ofrecer alternativas a los mecanismos de afrontamiento alimentarios.

"Solemos enseñar habilidades como la relajación, ejercicios de estiramiento o cómo marcar el ritmo de las actividades, pero rara vez hablamos de la comida en este contexto", afirma el profesor Newton-John. "Este trabajo demuestra que tenemos que ayudar a las personas a reconocer si están utilizando la comida como herramienta de control del dolor y darles alternativas".

Al mismo tiempo, el profesor Newton-John subraya que los resultados no deben utilizarse para culpar a las personas que padecen dolor crónico por caer en la tentación de una solución a corto plazo.

"Controlar el dolor diario es increíblemente duro, y la medicación a menudo tiene un límite. Es comprensible que la gente busque algo que le haga sentir bien. Pero la concienciación es clave, tanto para los médicos como para los pacientes, para escapar de este ciclo."

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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