Las pesadillas frecuentes triplican el riesgo de muerte prematura y aceleran el envejecimiento
"Nuestros cerebros dormidos no pueden distinguir los sueños de la realidad"
Una nueva investigación presentada en el Congreso 2025 de la Academia Europea de Neurología (EAN) revela que las pesadillas frecuentes se asocian a un envejecimiento biológico significativamente acelerado y a un aumento de más del triple del riesgo de muerte prematura. Este estudio es el primero que demuestra que las pesadillas predicen de forma independiente un envejecimiento biológico más rápido y una mortalidad más temprana, incluso después de tener en cuenta otros problemas de salud.
Dirigido por el Dr. Abidemi Otaiku, del Instituto de Investigación de la Demencia del Reino Unido y el Imperial College de Londres, el estudio analizó datos de 2.429 niños de 8 a 10 años y 183.012 adultos de 26 a 86 años de seis cohortes de población a largo plazo.
En los adultos, la frecuencia de las pesadillas se declaró al inicio del estudio y se realizó un seguimiento de los participantes durante 19 años. En el caso de los niños, la frecuencia de las pesadillas fue comunicada por sus padres al inicio del estudio.
Los resultados mostraron que los adultos que informaban de pesadillas semanales tenían más del triple de probabilidades de morir prematuramente (antes de los 70 años) en comparación con los que rara vez o nunca experimentaban pesadillas. Los niños y adultos con pesadillas más frecuentes también presentaban un envejecimiento biológico más rápido, lo que explicaba aproximadamente el 40% del mayor riesgo de mortalidad.
En particular, se observó que las pesadillas semanales eran un factor predictivo de muerte prematura más potente que otros factores de riesgo establecidos, como el tabaquismo, la obesidad, la mala alimentación y la escasa actividad física.
"Nuestros cerebros dormidos no distinguen los sueños de la realidad", explica el Dr. Otaiku. Por eso las pesadillas nos despiertan sudorosos, jadeantes y con el corazón palpitante, porque se ha desencadenado nuestra respuesta de lucha o huida". Esta reacción de estrés puede ser incluso más intensa que cualquier otra que experimentemos despiertos".
Y continúa: "Las pesadillas provocan elevaciones prolongadas de cortisol, una hormona del estrés estrechamente relacionada con un envejecimiento celular más rápido. Para quienes sufren pesadillas con frecuencia, este estrés acumulado puede influir significativamente en el proceso de envejecimiento. Además, las pesadillas alteran tanto la calidad como la duración del sueño, perjudicando la restauración y reparación celular esencial del organismo durante la noche. Los efectos combinados del estrés crónico y la interrupción del sueño contribuyen probablemente a acelerar el envejecimiento de nuestras células y nuestro organismo".
La asociación entre pesadillas frecuentes y envejecimiento acelerado se mantuvo en todas las edades, sexos, etnias y estados de salud mental, lo que indica un efecto universal. Incluso las pesadillas mensuales se relacionaron con un envejecimiento más rápido y un aumento de la mortalidad en comparación con las pesadillas poco frecuentes o inexistentes, lo que subraya la importancia de reducir la frecuencia de las pesadillas en toda la población.
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