Los científicos descubrieron un factor genético que determina si las células cancerosas de la próstata que envejecen mueren o se vuelven más agresivas. Este hallazgo proporciona información importante para la terapia personalizada de los pacientes.
Las células tumorales envejecidas dejan de proliferar. Este proceso de envejecimiento celular se denomina senescencia. En la terapia del cáncer, se induce deliberadamente con fármacos para ralentizar el crecimiento del tumor. Sin embargo, estas células tumorales senescentes pueden, en determinadas condiciones, tomar también el camino opuesto, lo que no es deseable en la terapia: se vuelven más agresivas y forman metástasis.
Un equipo internacional de investigadores dirigido por Andrea Alimonti, profesor del ETH Zurich y del Instituto de Investigación Oncológica de Bellinzona, estudiaba los procesos de senescencia en el cáncer de próstata. Ahora han encontrado el interruptor genético que determina el destino de las células senescentes: el gen TIMP1. Si este gen está inactivo o ausente en los pacientes, se liberan factores en la célula tumoral que reprograman la célula y la hacen más agresiva e invasiva.
Sobre la base de datos clínicos y estudios genéticos de pacientes con cáncer de próstata, los científicos también pudieron demostrar que un gen TIMP1 inactivo se produce con frecuencia y se correlaciona con la falta de respuesta a la quimioterapia y un resultado clínico más grave.
"Los resultados de esta investigación nos dirigen una vez más hacia una terapia personalizada contra el cáncer", dice el profesor Alimonti de la ETH. "Los factores genéticos del paciente pueden determinar de hecho si la senescencia tiene un efecto positivo en el crecimiento del tumor o un efecto negativo en la estimulación de la formación de metástasis". En este último caso es importante administrar con cautela el fármaco quimioterapéutico que induce la senescencia. En cambio, deben administrarse medicamentos senolíticos que maten las células senescentes.