Moléculas de uso común podrían alterar la función tiroidea en mujeres embarazadas

16.11.2022 - Francia

Las hormonas producidas por la glándula tiroides intervienen en el desarrollo del feto: una alteración de la función tiroidea en una mujer embarazada puede tener consecuencias importantes para la salud del feto. La exposición a ciertos contaminantes ambientales, en particular a los disruptores endocrinos, puede tener un impacto en la función tiroidea. Para entender mejor este impacto, un consorcio internacional coordinado por investigadores del Inserm, el CNRS y la Universidad de Grenoble Alpes realizó mediciones en las muestras biológicas de más de 400 mujeres embarazadas y descubrió una asociación entre la exposición a tres contaminantes de uso común (propil-parabeno, bisfenol A y butil-bencil-ftalato) y niveles anormales de hormona tiroidea. Este trabajo, que se publicará en Environmental Health Perspectives, alerta de la presencia de estos disruptores endocrinos en una mayoría de los participantes y reclama un mayor conocimiento de sus efectos sobre el embarazo y la salud del feto.

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El tiroides es una pequeña glándula situada en la base del cuello que produce dos hormonas: la triyodotironina (o T3) y la tiroxina (o T4); la T3 es en realidad el producto de la conversión de la T4 en una forma más activa. Su secreción está regulada por otra hormona, la hormona estimulante del tiroides (o TSH), que es producida en el cerebro por otra glándula, la hipófisis. Estas hormonas son cruciales para el desarrollo del feto, por lo que una disfunción tiroidea en una mujer embarazada puede afectar a la salud del feto. Se sabe que varios tipos de factores ambientales afectan a la función tiroidea, en particular la exposición a contaminantes como los disruptores endocrinos.

Un consorcio internacional de investigación coordinado por Claire Philippat, investigadora del Instituto para el Avance de las Biociencias (Inserm/CNRS/Universidad de Grenoble Alpes), en colaboración con el Hospital Universitario de Grenoble Alpes, ha estudiado el impacto de la exposición a moléculas de la familia de los fenoles, parabenos y ftalatos, consideradas como contaminantes químicos, en los niveles de hormonas tiroideas de las mujeres embarazadas.

Los investigadores identificaron en primer lugar varios contaminantes químicos susceptibles de afectar a la función tiroidea utilizando una base de datos de resultados de pruebas toxicológicas in vitro. El equipo de investigación trabajó entonces con muestras biológicas de 437 mujeres embarazadas de la cohorte SEPAGES de Grenoble. Al comparar la presencia de contaminantes en la orina y las concentraciones de hormonas tiroideas en la sangre, los científicos pudieron estudiar sus posibles asociaciones.

Se detectaron varios contaminantes químicos en la mayoría de las muestras de orina recogidas, lo que confirma que casi todos los participantes estaban expuestos a ellos. Un cierto número de estas moléculas también tendría un impacto negativo en la función tiroidea: la exposición al propil-parabeno (un compuesto utilizado como conservante en las industrias cosmética, alimentaria y farmacéutica) se asoció a una disminución de las concentraciones de T3, mientras que el butil-bencil-ftalato (utilizado en particular en plásticos como el PVC) se asoció a un aumento de las concentraciones de T4. Además, la conversión de T4 en T3 también parecía estar afectada. En ambos casos, estos mecanismos dieron lugar a proporciones anormales entre las dos hormonas.

Otro compuesto, el bisfenol A (utilizado, entre otras cosas, en la fabricación de plásticos), parecía estar asociado a una disminución de la concentración de TSH.

Los datos de las pruebas toxicológicas in vitro sugieren que estos contaminantes podrían actuar sobre los mecanismos que rigen la síntesis y la degradación de las hormonas tiroideas", explica Claire Philippat. El butilbencilftalato y el bisfenol A podrían, en particular, inhibir la incorporación de yodo -un elemento esencial para la síntesis de las hormonas tiroideas- en las células tiroideas", añade.

Continuó: "Este trabajo refuerza los conocimientos sobre los efectos deletéreos de la exposición a ciertos contaminantes químicos sobre la función tiroidea. En particular, advierte de la frecuente exposición de la población a estos contaminantes e invita a seguir investigando sobre las consecuencias para la salud del niño, ya que incluso pequeñas variaciones en los niveles de la hormona tiroidea de la madre durante el embarazo pueden tener un impacto en el feto y su desarrollo.

A partir de estos resultados, la investigadora y su equipo están estudiando ahora las posibles repercusiones de estas alteraciones de la función tiroidea en el neurodesarrollo y el crecimiento de los niños.

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