Las neuronas que anhelan la sal

Cómo el apetito por la sal es moldeado por el gusto por el sodio

29.03.2019 - Estados Unidos

Patatas fritas, papas fritas, palomitas de maíz - cualquiera que sea su preferencia, todos sabemos que la sal es un componente clave de muchos alimentos sabrosos. Pero comer demasiada sal tiene riesgos potenciales para la salud y puede conducir a trastornos cardiovasculares y cognitivos. Ahora, los investigadores de Caltech han identificado neuronas que conducen y apagan los antojos de sal en el cerebro de los ratones. Los hallazgos son un punto de entrada para regular los antojos de sodio en los humanos. El trabajo se realizó en el laboratorio de Yuki Oka, profesor asistente de biología y Chen Scholar.

Caltech

¡Pásame las papas fritas, por favor! Una nueva investigación descubre circuitos neuronales que regulan el antojo y la saciedad para los sabores salados.

El sodio, un ión que se encuentra en la sal de mesa, desempeña un papel fundamental en varias funciones corporales, como la actividad cardiovascular, el equilibrio de líquidos y las señales nerviosas. En cada especie animal, el cuerpo regula y mantiene estrictamente los niveles de sodio. Debido a que los animales no pueden crear sodio metabólicamente por sí mismos, los iones tienen que ser ingeridos de fuentes externas de alimento. Cuando el cuerpo está bajo en sodio, el cerebro desencadena señales específicas del apetito que impulsan el consumo de sodio. Aunque los mecanismos de estas señales del apetito no se entienden completamente, un equipo de investigadores ha descubierto ahora una pequeña población de neuronas en el cerebro posterior del ratón que controla el impulso para consumir sodio.

Dirigido por el estudiante graduado Sangjun Lee, el equipo utilizó herramientas genéticas para manipular la actividad de estas neuronas para que pudieran ser estimuladas con luz. Los investigadores observaron que la estimulación artificial de estas neuronas causó que los ratones lamieran un pedazo de sal de roca repetidamente, incluso cuando sus cuerpos estaban completamente saciados con sodio.

Luego, los investigadores midieron la actividad de estas neuronas mientras los ratones comían sodio. A los pocos segundos de que el sodio golpeara la lengua del animal, se inhibió la actividad de las neuronas del apetito de sodio. Sin embargo, una infusión directa de sodio en el estómago de estos ratones no suprimió la actividad neuronal. Esta supresión neural tampoco ocurrió cuando los receptores de sodio en la lengua fueron bloqueados farmacológicamente. En conjunto, la investigación muestra que las señales orales de sodio, probablemente mediadas por el sistema del gusto, son necesarias para inhibir las neuronas del apetito de sodio.

"El deseo de comer sal es la forma en que el cuerpo le dice que su cuerpo está bajo en sodio", dice Oka. "Una vez que el sodio se consume, el cuerpo tarda algún tiempo en absorberlo completamente. Por lo tanto, es interesante que sólo el sabor del sodio es suficiente para calmar la actividad de las neuronas del apetito salino, lo que significa que los sistemas sensoriales como el gusto son mucho más importantes para regular las funciones del cuerpo que simplemente transmitir información externa al cerebro".

Curiosamente, en muchas especies, incluyendo a los humanos, el consumo de sodio puede provocar el deseo de comer aún más. En trabajos futuros, a Oka y sus colaboradores les gustaría entender cómo se modulan las neuronas del apetito sódico con el tiempo. Responder a esta pregunta puede abrir vías para ayudar a las personas con problemas de salud a comer menos sodio en su dieta.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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