Maestros del disfraz: Nuevas tácticas en la caza de los cánceres que cambian de forma

Desenmascarar un cáncer agresivo con el poder de alterar su apariencia y comportamiento para evadir el tratamiento

08.02.2022 - Luxemburgo

El glioblastoma (GBM) es un tipo de cáncer muy agresivo que se desarrolla en el cerebro y cuya supervivencia media es de sólo 12-18 meses. Esto ocurre a pesar de la gran variedad de tratamientos disponibles, como la intervención quirúrgica, la radiación y las quimioterapias. El problema es que con las herramientas actuales es prácticamente imposible impedir que los tumores seleccionados vuelvan a crecer.

Luxembourg Institute of Health (LIH)

Basándose en los resultados recientes del equipo dirigido por la Dra. Anna Golebiewska, jefa de grupo del Laboratorio de Neuro-Oncología NORLUX del Instituto de Salud de Luxemburgo (LIH), los investigadores emprendieron una revisión exhaustiva de la literatura existente en relación con este problema, con el objetivo de obtener nuevos conocimientos sobre posibles estrategias de tratamiento.

El problema de los tumores GBM es que no son nada sencillos, ya que contienen una población muy diversa de células que interactúan entre sí, incluidas las que tienen propiedades de células madre. Superar esta "heterogeneidad" dentro de un tumor ya es bastante difícil, pero más recientemente se ha descubierto que las células del GBM también tienen la capacidad de cambiar su aspecto y funcionamiento en respuesta a su entorno. Esta "plasticidad" de las células del GBM, combinada con su resistencia inherente al tratamiento, las convierte en el enemigo perfecto, uno que puede adaptarse y cambiar para evitar posibles amenazas.

Como explica Yahaya Yabo, autor principal del estudio: "Los estados celulares interactúan dinámicamente entre sí y con el cerebro circundante para conformar un ecosistema tumoral flexible, que permite una rápida adaptación a la presión externa, incluido el tratamiento". Sugiere, por tanto, que puede ser el momento de adoptar un nuevo enfoque a la hora de abordar el GBM. De hecho, si su principal virtud es la capacidad de transformarse y disfrazarse, tal vez éste sea el objetivo, permitiendo que otros tratamientos actúen sobre un enemigo desenmascarado.

"La erradicación del GBM requerirá atacar los estados dinámicos en lugar de entidades individuales", subraya la profesora Simone Niclou, directora del Departamento de Investigación del Cáncer del LIH. "Se necesitan más estudios para revelar los impulsores de la plasticidad y el escape al tratamiento. En ellos se debería abordar cuáles son los cambios rápidos y reversibles, y cuáles se mantienen en los tumores mucho tiempo después del tratamiento". Esto debería ayudar a identificar los diversos mecanismos de escape dentro de los tumores, permitiendo potencialmente enfoques de tratamiento más específicos para los pacientes en el futuro.

En general, el estudio revela un cambio de paradigma en la forma en que los investigadores deben abordar el tratamiento del GBM y otros tumores agresivos. La cuestión que queda por resolver, y que sin duda será objeto de muchas investigaciones futuras, es cuál de las muchas vías terapéuticas potenciales podría ser un arma eficaz en su arsenal. Como resume la Dra. Golebiewska "se necesitan grandes esfuerzos de investigación para desentrañar los mecanismos moleculares y los reguladores de la plasticidad del GBM y generar fármacos eficaces contra un objetivo en movimiento"

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