La "proteína de la inmortalidad" enciende las centrales eléctricas de la célula

Protección contra las consecuencias de los infartos

01.11.2021 - Alemania

Los investigadores del envejecimiento Prof. Judith Haendeler de la Facultad de Medicina y el biólogo molecular Prof. Joachim Altschmied del Departamento de Biología, junto con sus equipos, han demostrado por primera vez en el sistema cardiovascular que la transcriptasa inversa de la telomerasa (TERT) dentro de las mitocondrias, las centrales de las células, tiene una función protectora en el infarto de miocardio. Este trabajo, realizado junto con otros grupos del Hospital Universitario de Düsseldorf y del Hospital Universitario de Essen en el marco del Centro de Investigación Colaborativa 1116, se ha publicado recientemente en la revista "Circulation".

Altschmied / Haendeler

TERT: Las células musculares cardíacas se benefician de una mayor función mitocondrial

En el núcleo celular, TERT es un componente de la llamada "enzima de la inmortalidad", la telomerasa, por cuyo descubrimiento se concedió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2009. Mientras tanto, los dos grupos de investigación de la HHU han demostrado que TERT también está presente en las mitocondrias de las células del sistema cardiovascular. Sin embargo, hasta ahora no había sido posible distinguir claramente sus funciones en estos dos orgánulos celulares.

Para ello, los profesores Haendeler y Altschmied han generado modelos de ratón únicos en el mundo en los que la proteína está presente en todas las células del organismo, ya sea exclusivamente en el núcleo o en las mitocondrias. Con ellos han podido demostrar que la TERT mitocondrial, pero no la nuclear, mejora la función mitocondrial en el corazón y reduce la zona dañada tras un infarto. Esto también se refleja en la recuperación de la función cardíaca tras el infarto. Las células del músculo cardíaco se benefician del aumento de la función mitocondrial y están protegidas de la muerte celular. Otros tipos de células también se benefician del aumento de la función mitocondrial, como los fibroblastos, que son esenciales para la estabilidad de la cicatrización después de un infarto, y las células endoteliales, que son necesarias para la vascularización y, por tanto, el suministro de sangre en la zona del infarto.

Según estos resultados, las terapias que aumentan la cantidad de TERT en las mitocondrias parecen ser útiles para lograr un mejor proceso de curación tras un infarto. Este efecto se produjo en el tejido cardíaco de pacientes con bypass tras una terapia de manguito de presión durante la cual un manguito de presión sanguínea convencional colocado en la parte superior del brazo del paciente se infla varias veces a un ritmo específico, lo que mejora las funciones mitocondriales. Los primeros experimentos en cultivos celulares indican que también se puede conseguir un aumento de los niveles de TERT mitocondrial utilizando una sustancia vegetal aprobada como suplemento dietético.

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