Los investigadores relacionan el cáncer de mama con el crecimiento de los huesos

Los científicos hicieron un descubrimiento sorprendentemente opuesto

26.03.2021 - Alemania

Un equipo de investigación formado por científicos de materiales del Instituto Max Planck de Coloides e Interfaces (MPICI) de Potsdam y biólogos de la Universidad de Cornell en Ithaca (EE.UU.) ha revelado que los huesos pueden crecer en respuesta a ciertas señales procedentes de un tumor de mama distante. Esto podría ser un mecanismo de defensa preventivo contra la metástasis en el esqueleto. Los resultados de este estudio podrían influir en las pruebas de diagnóstico y los tratamientos terapéuticos del cáncer de mama en el futuro.

Max-Planck-Institut für Kolloid- und Grenzflächenforschung

Esta micrografía muestra un corte transversal de hueso marcado con colorantes fluorescentes para medir la dinámica de la formación de hueso. (Método: histomorfometría dinámica)

El cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres, y los huesos son un objetivo primordial de la metástasis del cáncer de mama. Los mecanismos que influyen en el desarrollo de la metástasis en el esqueleto siguen siendo poco conocidos. Lo que sí se sabe es que las células tumorales emiten diversas moléculas de señalización que hacen que los órganos sean vulnerables a la propagación del cáncer. También se sabe que el cáncer de mama con metástasis en el esqueleto provoca la degradación del hueso, ya que los tumores metastásicos activan las células que degradan el hueso e inhiben las que lo forman.

Dirigidos por el Prof. Dr. Peter Fratzl, los científicos de materiales de Potsdam hicieron un descubrimiento sorprendentemente opuesto: "Utilizando un modelo animal desarrollado por la Universidad de Cornell, descubrimos que los huesos en fase inicial crecen más rápido cuando se exponen a las moléculas de señalización de los tumores. Esto sucede al añadir más capas de tejido mineralizado en un corto periodo de tiempo", afirma Peter Fratzl, director del Departamento de Biomateriales del MPICI. Esta observación podría ser potencialmente un mecanismo de defensa del organismo que intenta evitar la metástasis. Este mecanismo de protección podría encontrar aplicación en el diagnóstico, así como en el desarrollo de tratamientos terapéuticos. "En general, este estudio interdisciplinario demuestra cómo los enfoques de la ingeniería y las ciencias físicas son necesarios para comprender realmente todo el espectro de cambios que los tumores pueden introducir en un organismo", añadió la profesora Claudia Fischbach, codirectora del Centro de Física del Metabolismo del Cáncer de Cornell (Nueva York).

El método

Para sus estudios de la estructura y composición del microambiente óseo, el equipo de investigación de Potsdam utilizó varias técnicas de imagen de alta resolución: Tomografía microcomputada para estudiar la arquitectura ósea, imágenes Raman para escanear los espectros químicos de los huesos y dispersión de rayos X de ángulo pequeño (SAXS) para revelar las propiedades minerales del hueso. La principal técnica utilizada fue la histomorfometría dinámica, en la que se integran tintes fluorescentes en el hueso a diferentes intervalos. Así se crean marcas de tiempo que muestran el ritmo de formación del hueso.

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