Una oruga muy venenosa tiene una extraña biología

Potencial de medicamentos y plaguicidas

25.06.2021 - Australia

El veneno de una oruga nativa del sureste de Queensland es prometedor para su uso en medicamentos y control de plagas, según afirman los investigadores del Instituto de Biociencia Molecular.

Jiayi Jin

La Doratifera vulnerans es común en amplias zonas del sureste de Queensland.

La Doratifera vulnerans es común en amplias zonas del sureste de Queensland y se encuentra habitualmente en el Parque Forestal Toohey, en la zona sur de Brisbane. El Dr. Andrew Walker ha estado investigando la oruga de aspecto llamativo desde 2017. "Encontramos una mientras recogíamos bichos asesinos cerca de Toowoomba y su extraña biología y su veneno que causa dolor me fascinaron", dijo el Dr. Walker.

A diferencia de La oruga muy hambrienta que encantó a generaciones de niños de todo el mundo, esta oruga está lejos de ser inofensiva. "Su nombre binomial significa 'portadora de regalos de heridas'", dijo el Dr. Walker.

La investigación del Dr. Walker descubrió que la oruga tiene toxinas venenosas con una estructura molecular similar a las producidas por arañas, avispas, abejas y hormigas. La investigación también desveló una fuente de péptidos bioactivos que pueden tener usos en medicina, biotecnología o como herramientas científicas.

"Muchas orugas producen venenos que provocan dolor y han desarrollado defensas biológicas como pelos irritantes, toxinas que las hacen venenosas para comer, manchas que imitan los ojos de las serpientes o espinas que inyectan venenos líquidos", dijo el Dr. Walker. "Hasta ahora los investigadores no tenían ni idea de lo que contenía el veneno ni de cómo inducían el dolor.

"Descubrimos que el veneno es mayoritariamente péptido y muestra una complejidad asombrosa, ya que contiene 151 toxinas diferentes basadas en proteínas de 59 familias distintas". El equipo de investigadores sintetizó 13 de las toxinas peptídicas y las utilizó para mostrar la trayectoria evolutiva única que siguió la oruga para producir el veneno que induce el dolor. "Ahora conocemos las secuencias de aminoácidos, o los planos, de cada toxina proteica", dijo el Dr. Walker. "Esto nos permitirá fabricar las toxinas y probarlas de diversas maneras". Algunos péptidos ya producidos en el laboratorio como parte de la investigación del Dr. Walker mostraron una potencia muy alta, con potencial para matar eficazmente a los parásitos nematodos que son perjudiciales para el ganado, así como a los patógenos causantes de enfermedades.

"Nuestra investigación abre una nueva fuente de péptidos bioactivos que pueden tener utilidad en medicina, por su capacidad de influir en los procesos biológicos y promover la salud", dijo. "Primero tenemos que averiguar qué hace cada una de las toxinas, para informarnos sobre cómo podrían utilizarse".

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