Nuevas pruebas identifican cambios muy tempranos en la enfermedad de Alzheimer antes de que aparezcan los síntomas

07.12.2020 - Suecia

Los investigadores de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), junto con sus colegas del Centro de Investigación Beta de Barcelona (España), el Centro Médico Universitario de Ljubljana (Eslovenia) y la Universidad de París, han encontrado nuevas formas de la proteína tau que se vuelven anormales en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer antes de que se desarrollen problemas cognitivos. Los científicos desarrollaron nuevas herramientas para detectar estos sutiles cambios y confirmaron sus resultados en muestras humanas.

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En un momento en que la incidencia y los costos sociales de la demencia y la enfermedad de Alzheimer en particular siguen aumentando, este avance es muy oportuno, ya que podría permitir la detección de la enfermedad mucho antes de los enfoques actuales. Los hallazgos también son importantes para el ensayo de terapias contra esta devastadora enfermedad.

La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por dos cambios patológicos en el tejido cerebral. Uno es una proteína llamada tau, mientras que el otro involucra al péptido beta amiloide. Ambos pueden formar grupos de agregados que se acumulan progresivamente en áreas específicas del cerebro. En el caso de tau, las unidades individuales de la proteína pueden agregarse en estructuras fibrilares finamente ordenadas facilitadas por un proceso bioquímico llamado fosforilación. A lo largo del proceso de la enfermedad, el beta amiloide y el tau fosforilado (p-tau) se liberan del cerebro al líquido cefalorraquídeo; la cantidad de proteínas liberadas se utiliza como marcadores sustitutivos fiables para el diagnóstico clínico de la enfermedad de Alzheimer.

Normalmente, los niveles de beta amiloide en el líquido cefalorraquídeo se vuelven anormales varios años antes de la p-tau. Las pruebas clínicas actuales para p-tau se vuelven anormales cuando se desarrollan fallos de memoria. Esto dificulta la identificación de las personas con la enfermedad en las primeras etapas antes de que sea demasiado tarde. ¿Cómo podemos, por lo tanto, detectar de forma fiable estos cambios de la enfermedad en el subumbral?

Para afrontar estos retos, los científicos descubrieron que hay formas específicas de p-tau que sufren aumentos muy diminutos en el líquido cefalorraquídeo y la sangre en personas con patología emergente de Alzheimer. En consecuencia, los investigadores desarrollaron técnicas altamente sensibles para medir estos marcadores biológicos que preceden a los signos clínicos por varios años.

En el primer estudio, realizado en el estudio de cohortes de padres Alfa en el Centro de Investigación Beta de Barcelona (BBRC), con el apoyo de la Fundación "la Caixa", alrededor de un tercio de las 381 personas evaluadas tenían evidencia cerebral de patología de Alzheimer pero sin ningún problema cognitivo, lo que significa que estos cambios no podían ser detectados en la clínica mediante evaluaciones de la memoria. Sorprendentemente, los nuevos marcadores p-tau identificaron correctamente estas anormalidades emergentes medidas en el líquido cefalorraquídeo y en muestras de sangre regulares.

Estudios posteriores realizados en Gotemburgo, París y Liubliana revelaron que estos nuevos marcadores siguen aumentando desde la etapa preclínica, pasando por la aparición de problemas cognitivos, hasta las últimas etapas de la demencia. Por esta razón, los aumentos progresivos de p-tau podrían proporcionar información sobre el desarrollo biológico y clínico de la enfermedad de Alzheimer. Los estudios se publican ahora en las revistas EMBO Molecular Medicine y Alzheimer & Dementia: La revista de la Asociación de Alzheimer.

Kaj Blennow, profesor de neuroquímica de la Universidad de Gotemburgo, que dirigió el trabajo, dijo: "Una posible forma de mejorar las posibilidades de futuras terapias es probarlas en personas que se encuentran en las primeras etapas de la enfermedad con cambios biológicos esquivos pero que carecen de síntomas clínicos, incluyendo fallas de memoria". Las pruebas de los medicamentos candidatos no han tenido demasiado éxito". Añadió que: "El desafío práctico, sin embargo, es que estos cambios iniciales muy pequeños son increíblemente difíciles de medir de forma fiable. Esto compromete nuestras posibilidades de identificar y reclutar pacientes con EA preclínica para ensayos clínicos".

El Dr. Thomas Karikari, profesor asistente de la Universidad de Gotemburgo, quien co-dirigió el descubrimiento, comentó: "Los notables hallazgos reportados en estas publicaciones muestran que las nuevas herramientas altamente sensibles capturan los primeros cambios de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro en personas clínicamente normales. Estas herramientas, por lo tanto, tienen el potencial de avanzar en la detección de la población y en los ensayos clínicos".

Según el Dr. Marc Suárez-Calvet, neurólogo e investigador del ERC en el BBRC, "el biomarcador detectado en sangre puede cambiar la práctica clínica en los próximos años, ya que mejorará el diagnóstico de los pacientes con enfermedad de Alzheimer, tanto en su fase asintomática como en la sintomática".

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